Blog ¿Cumplió la COP29 del clima de Bakú?

Did Baku’s Climate COP29 deliver?

A medida que nos acercamos al final de un año lleno de conferencias de la ONU, reflexionamos sobre los avances hacia los objetivos globales para abordar la crisis climática y lo que vendrá después.

Por Anastacia Wanjiru y Lucy Njuguna

Líderes mundiales, responsables de políticas climáticas y otras partes interesadas, como representantes del sector privado, la juventud y la sociedad civil, se reunieron en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre de 2024 para la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). La atención se centró una vez más en la crisis climática, la revisión de los compromisos y acciones de los países, y el establecimiento de una agenda para acciones climáticas más ambiciosas. La COP de este año fue crucial para fijar un nuevo objetivo financiero y aclarar los detalles del trabajo de definición de indicadores para el Objetivo Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés). Además de los debates centrales sobre financiación climática, adaptación y mercados de carbono, también hubo otros temas de gran importancia, como la igualdad de género, la participación de los jóvenes y la inclusión en la acción climática. Temas como la adaptación climática liderada por mujeres y jóvenes, las políticas de seguridad hídrica con enfoque de género y el aumento de la participación de los grupos marginados en el desarrollo de capacidades fueron fundamentales para garantizar que las soluciones climáticas sean justas e inclusivas.

Estos debates pusieron de relieve la importancia de involucrar a los grupos vulnerables no solo como participantes, sino también como líderes en la evaluación, adaptación y ampliación de tecnologías y políticas sostenibles adaptadas al clima. La COP29 también se fijó como objetivo hacer plenamente operativo el Acuerdo de París, ultimando los detalles del Artículo 6, relacionado con los mercados de carbono. Los países están haciendo todo esto en medio de tiempos geopolíticamente difíciles, exacerbados por las guerras en curso en Rusia-Ucrania y Oriente Medio. Mientras tanto, las crisis climáticas en todo el mundo, como las graves sequías y las devastadoras inundaciones en muchas partes de África, los ciclones en el sur de Asia y los incendios forestales en Estados Unidos, resaltan la urgencia de realizar esfuerzos ambiciosos y eficaces. Estos retos exigen una rápida adaptación a los crecientes impactos climáticos, más reducciones en las emisiones y un aumento en la provisión de apoyo y recursos para permitir una acción climática significativa.

Aunque en la COP29 se alcanzaron varios acuerdos progresistas, algunas cuestiones críticas quedaron sin resolver. La pregunta persiste: ¿logró la conferencia impulsar la acción climática mundial, o sus promesas fueron más retóricas que realidad?

La Alianza en la COP29

La Alianza no se quedó atrás y formó parte de la COP29, donde realizó importantes contribuciones para avanzar en la adaptación climática y resiliencia de los sistemas alimentarios, participando activamente en múltiples eventos paralelos que mostraron soluciones prácticas en la intersección de la acción climática, la agricultura y el desarrollo sostenible. Estas contribuciones se centraron en iniciativas tangibles, respaldadas por la ciencia, que alinean las prácticas agrícolas con los objetivos climáticos, especialmente en las regiones vulnerables.

En la COP29, los eventos típicos incluyen negociaciones, donde se debaten y adoptan decisiones, y eventos paralelos y pabellones, donde las partes interesadas comparten conocimientos, muestran soluciones climáticas y entablan conversaciones críticas. La participación activa de la Alianza en los actos paralelos proporcionó una plataforma para demostrar el papel de la agricultura sostenible adaptada al clima en la consecución de los objetivos de adaptación y mitigación. Estos eventos también pusieron de relieve la importancia de las políticas inclusivas y sostenibles, garantizando que los grupos y sectores vulnerables, especialmente en la agricultura, reciban apoyo en la lucha mundial contra el cambio climático.

Did Baku’s Climate COP29 deliver - Image 1

En la cumbre COP29 de Bakú, estos temas clave ocuparon un lugar central

Cerrar la brecha de la financiación para el clima

Los negociadores debían fijar un nuevo objetivo mundial de financiación para el clima a partir de 2025, partiendo del compromiso de 100.000 millones de dólares anuales que los países habían acordado anteriormente. Intensas negociaciones abordaron la cantidad y calidad del financiamiento, con el objetivo de establecer expectativas justas para los contribuyentes, garantizar un impacto significativo y atraer inversiones cruciales del sector privado. El nuevo objetivo no solo debe aumentar significativamente los compromisos financieros, sino que también debe mejorar la accesibilidad de estos fondos. El Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés) sobre financiamiento para el clima hará que la financiación aumente hasta 300.000 millones de dólares anuales para 2035, lo que supone un paso monumental para abordar la brecha financiera que durante tanto tiempo ha obstaculizado la acción climática. Se estableció un objetivo de financiamiento para el clima a largo plazo, con el fin de movilizar 1,3 billones de dólares anuales para 2035, y un objetivo a corto plazo de 300.000 millones de dólares anuales para apoyar a países vulnerables. 

En el evento paralelo "Perspectivas del informe del PNUMA sobre las brechas en la adaptación", del PNUMA, se reveló que el financiamiento para la adaptación asciende actualmente a 28.000 millones de dólares, muy por debajo de los 187.000–359.000 millones necesarios anualmente. En respuesta, se hizo un llamado a soluciones innovadoras como el canje de deuda, los bonos verdes y las asociaciones público-privadas para impulsar el financiamiento de la adaptación al cambio climático. Pedro Chilambe, codirector de Finanzas e Inversiones para la Acción Climática de la Alianza, ha resaltado preocupaciones similares en relación con el déficit de financiación y ha subrayado la importancia de aprovechar las innovaciones financieras. Destacó el papel de las soluciones basadas en la naturaleza, como la reforestación y la planificación urbana sostenible, que no solo ayudan a mitigar los impactos del clima, sino que también proporcionan formas rentables de proteger a las comunidades y los ecosistemas. Estas innovaciones financieras son cruciales para garantizar que los países y las comunidades vulnerables tengan acceso a los recursos necesarios para aumentar su resiliencia y hacer frente a los efectos del cambio climático.

Establecimiento de indicadores para el Objetivo Global de Adaptación

En la COP29, la atención también se centró en hacer avanzar el Objetivo Global de Adaptación (GGA), que pretende reforzar los esfuerzos globales de adaptación en el marco del Acuerdo de París. La COP29 se propuso guiar a los países desde la planificación hasta la ejecución de sus planes de adaptación. Partiendo de la base de la COP28 en Dubai, EAU, donde se estableció un marco para el GGA, la COP29 trató de perfeccionar los indicadores utilizados para medir el progreso y orientar los esfuerzos de implementación. Estos indicadores son esenciales para que los países puedan evaluar el progreso de la adaptación tanto a nivel global como en escenarios específicos de cada contexto.

En este sentido, la Alianza también contribuyó a este debate organizando el acto paralelo "¿Qué sigue? Avanzar en el programa de trabajo EAU-Belem sobre indicadores para el Objetivo Global de Adaptación". La sesión se centró en avanzar en el programa de trabajo EAU-Belem, destinado a perfeccionar los indicadores para el Objetivo Global de Adaptación (GGA). Un tema clave fue cómo diseñar indicadores tanto globales como específicos para cada contexto que pudieran reflejar las diversas condiciones regionales. Como subrayó Lena Yasin, negociadora principal de las NDC: "Para hacer un seguimiento eficaz de los avances en materia de adaptación, necesitamos un equilibrio entre los indicadores globales de alto nivel y las métricas específicas de cada contexto. Estos deben estar respaldados por metadatos sólidos que garanticen que los datos recopilados reflejan las realidades regionales". Este enfoque pretende reforzar el seguimiento de la adaptación tanto a escala mundial como local.

Las discusiones técnicas en la COP29 también destacaron la importancia de alinear los mecanismos de seguimiento de la adaptación con marcos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres. Estos marcos ofrecen una base para crear objetivos de adaptación de varios niveles, que abarcan desde umbrales de supervivencia hasta objetivos de transformación. Además, se espera que los países finalicen sus Planes Nacionales de Adaptación (PNA) antes de 2025, con hitos de implementación medibles fijados para 2030. La COP29 también destacó la necesidad crítica de financiamiento para la adaptación, instando a comprometerse con fondos como el Fondo de Adaptación para apoyar estos esfuerzos.

Did Baku’s Climate COP29 deliver - Image 2
Did Baku’s Climate COP29 deliver - Image 4

Traduciendo las decisiones de la COP en compromisos nacionales: un ejemplo de Kenia

Los países deben aumentar su ambición y crear expectativas para el próximo ciclo de planes climáticos nacionales: la fecha límite de 2025 para presentar Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) se acerca y urge aumentar la ambición. Esto marca el comienzo de un nuevo ciclo para el mecanismo de ajuste del Acuerdo de París, que requiere que las naciones presenten compromisos climáticos cada vez más ambiciosos cada cinco años, aumentando progresivamente sus objetivos de reducción de emisiones. Es crucial cumplir e incorporar el lenguaje innovador de la COP28, incluidos los compromisos para abandonar los combustibles fósiles y aumentar la capacidad de energía renovable al menos tres veces para 2030.

El caso de Kenia: con el apoyo de la Alianza, Kenia lanzó su Plan de Inversión en Agricultura Sostenible Adaptada al Clima (CSAIP, por sus siglas en inglés), alineando las estrategias de adaptación y mitigación agrícola con sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y sus Estrategias de Desarrollo de Bajas Emisiones a Largo Plazo (LT-LEDS, por sus siglas en inglés). El acto paralelo organizado por la Alianza durante el evento destacó el papel de la agricultura sostenible adaptada al clima (CSA, por sus siglas en inglés) para impulsar tanto la adaptación como la mitigación en toda África.

Durante su intervención en un acto paralelo especial de la CMNUCC sobre la actualización de las NDC para una mitigación y adaptación climática más ambiciosa en los sectores del arroz, el suelo y la ganadería, Kyle Dittmer, de la Alianza, señaló:

"Con la agricultura sostenible adaptada al clima ganan los agricultores y el planeta. Pagando a los agricultores por el secuestro de carbono, podemos ampliar las prácticas sostenibles, impulsar la seguridad alimentaria y combatir el cambio climático".

Para 2024, el Fondo de Pérdidas y Daños ha realizado progresos a lo largo del año, seleccionando a Filipinas como sede de su junta directiva, estableciendo relaciones de trabajo con el Banco Mundial y contratando a un director ejecutivo. La COP29 aprobó estos pasos provisionales y elevó el nivel de las discusiones sobre el refuerzo y la mejora de los acuerdos de financiación de pérdidas y daños. Se esperaba que los negociadores revisaran el Mecanismo Internacional de Varsovia (WIM, por sus siglas en inglés), creado para abordar los impactos del cambio climático que van más allá de aquello a lo que las personas y los ecosistemas pueden adaptarse. La revisión era una oportunidad clave para reforzar el papel del WIM y mejorar su coordinación con el recién creado Fondo de Pérdidas y Daños y la Red de Santiago, que facilita asistencia técnica a los países vulnerables para hacer frente a las pérdidas y daños relacionados con el clima. Además, la COP29 se centró en aumentar el apoyo financiero dentro del marco en evolución de la gobernanza de las pérdidas y daños.

Did Baku’s Climate COP29 deliver - Image 3

La conexión entre las COP es una oportunidad para una colaboración de impacto

Este año ha sido de "triple COP", lo que significa que se celebraron tres conferencias internacionales clave sobre medio ambiente: COP29 para el cambio climático en Bakú, COP16 para la biodiversidad en Cali, Colombia, y COP16 para la desertificación y la degradación del suelo en Riad, Arabia Saudí. Esta convergencia de conferencias ofrece a los líderes mundiales la oportunidad de alinear sus esfuerzos en torno a estas crisis interconectadas. Abordar conjuntamente el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo es esencial para garantizar soluciones sostenibles que beneficien la salud del planeta, y los resultados de la COP16 sobre biodiversidad se ajustan muy bien a los compromisos de la Alianza. Además, el 12º Foro Urbano Mundial (WUF, por sus siglas en inglés) finalizó justo antes de la COP29, brindando la oportunidad de llevar adelante el impulso generado durante el evento. Los resultados del WUF pueden servir como aportes a la COP y resaltar la importancia del liderazgo local para una acción climática ambiciosa y la necesidad de apoyar a las ciudades para hacer frente a las pérdidas y daños relacionados con el clima. Se debe empoderar a los gobiernos locales, abordando a las ciudades en los PNA, las NDC y los mecanismos recientemente diseñados para la financiación de pérdidas y daños, garantizando así un mayor acceso al financiamiento para el clima, con el fin de reconstruir y fortalecer la resiliencia urbana, y proporcionando apoyo a las comunidades más afectadas por el cambio climático.

Otros logros durante la COP29 en Bakú incluyen: la adopción de un marco integral para el comercio internacional de créditos de carbono bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París, que proporciona nuevas vías financieras para proyectos de sostenibilidad; el énfasis en el fortalecimiento de los sistemas globales de alerta temprana para combatir los crecientes riesgos climáticos, integrando datos satelitales y tecnologías de pronóstico; un compromiso para triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030, centrándose en la energía solar, eólica y nuclear para reducir la dependencia de los combustibles fósiles; un énfasis en la resiliencia urbana, con compromisos para financiar y apoyar a las ciudades en la creación de capacidad de adaptación contra los impactos climáticos; y la necesidad de soluciones basadas en la naturaleza, como techos verdes y bosques urbanos para mejorar la resiliencia urbana y la biodiversidad.

Aunque la COP29 en Bakú marcó un progreso significativo en la acción climática global, con avances en la financiación para el clima, inversiones en energías limpias y apoyo a los países vulnerables, el camino sigue incompleto. Como señaló Simon Stiell, secretario ejecutivo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático: "Este acuerdo es una póliza de seguro para la humanidad, pero solo funciona si se cumplen las promesas". Las negociaciones de Bakú demostraron la urgencia de la cooperación internacional, pero la pregunta sigue siendo: ¿estarán los países a la altura de las circunstancias y lograrán los avances necesarios? Con la COP30 a la vuelta de la esquina, el enfoque debe pasar de las promesas a los avances tangibles, fomentando un futuro más sostenible e inclusivo a través de la ambición sostenida, la colaboración y la rendición de cuentas.

El equipo