Blog ¿Es importante tener en cuenta la dimensión de género en la pérdida y el desperdicio de alimentos después de la cosecha?

En los países de ingresos bajos y medios, una gestión poscosecha inadecuada e ineficaz provoca pérdidas significativas, reduciendo así la disponibilidad de alimentos, aumentando los precios y contribuyendo al cambio climático. Aunque las mujeres actúan en todas las fases del sistema alimentario, desempeñan un papel destacado en las actividades posteriores a la cosecha. Estas actividades a menudo no son remuneradas o se llevan a cabo dentro del hogar, lo que les permite realizar también sus tareas domésticas. Como en todos los demás ámbitos, la contribución de las mujeres suele pasarse por alto en los esfuerzos por mitigar las pérdidas posteriores a la cosecha, lo que conduce a intervenciones ineficaces y ciegas ante las cuestiones de género. Este descuido hace que las mujeres sean más susceptibles a las pérdidas poscosecha. También existe una comprensión muy limitada de las dimensiones de género en las pérdidas y los residuos poscosecha en general.

271 millones de personas podrían haberse alimentado con las pérdidas de alimentos generadas en 2021

Según la FAO, aproximadamente el 13,2 % de la producción mundial de alimentos se pierde o desperdicia antes de llegar a los consumidores.

Para llenar este vacío de conocimiento y evidencia sobre los aspectos de género de las pérdidas poscosecha, la Alianza de Bioversity International y el CIAT – con financiamiento de la Plataforma de Impacto de Género de CGIAR – realizó una revisión sistemática de la literatura que explora la relación entre género y pérdidas poscosecha. El objetivo de la revisión era examinar las pérdidas poscosecha desde una perspectiva de género y hacer un balance de las innovaciones desarrolladas para abordar este desafío. Las conclusiones se presentaron el 24 de abril de 2024 en un seminario web titulado "Dimensiones de género en las pérdidas poscosecha: perspectivas de una revisión sistemática". El evento contó con la participación de investigadores de género como Ranjitha Puskur y Mónica Chavarro de CGIAR, junto con Karen Rojas y Daisy Bermeo de ASMUCOCA, una organización liderada por mujeres que se centra en la economía circular relacionada con el uso de los residuos poscosecha y en las zonas de posconflicto de Colombia.

Créditos: ASMUCOCA

Mónica introdujo la relación entre el género y las pérdidas poscosecha en los sistemas agroalimentarios y destacó el compromiso fundamental de las mujeres en las actividades poscosecha. Sin embargo, las mujeres se enfrentan a importantes barreras estructurales y sociales que limitan sus oportunidades, incluida una participación limitada en la gobernanza y la toma de decisiones, un acceso restringido a los recursos económicos y una carga desigual de trabajo doméstico y productivo no remunerado.

Solamente 48 artículos científicos publicados entre 1983 y 2023 analizaron la relación entre género y pérdidas poscosecha. De las muchas barreras a las que se enfrentan las mujeres, la falta de conocimientos y de acceso a tecnologías que puedan optimizar los procesos de producción y reducir las pérdidas poscosecha sigue siendo uno de los principales retos. Aunque las tecnologías destinadas a mejorar la producción son importantes, las soluciones tecnológicas son igualmente críticas. Los programas de formación para introducir estas tecnologías suelen beneficiar de manera desproporcionada a los hombres, permitiéndoles asumir el control de estas actividades clave. A medida que la tecnología aumenta la rentabilidad, los hombres tienden a asumir el dominio, marginando el papel de las mujeres y su autoridad en la toma de decisiones, incluso en los procesos posteriores a la cosecha. Este cambio puede conducir a una pérdida de autonomía de las mujeres, a una menor participación en la gobernanza y la gestión, y a una disminución del control sobre los recursos y los beneficios. La introducción de tecnologías, incluidas las destinadas a reducir las pérdidas poscosecha, puede exacerbar las desigualdades de género existentes si no se aplican con consideraciones deliberadas y medidas que garanticen la igualdad de participación y el empoderamiento de las mujeres. La Dra. Ranjitha Puskur, líder del Módulo de Pruebas de la Plataforma de Género de CGIAR, añadió: "Aunque a menudo se afirma que las innovaciones tecnológicas son neutras desde el punto de vista del género, esto no es cierto. Dan lugar a resultados diferentes para personas diferentes", como demuestran la mayoría de los casos destacados en la revisión bibliográfica. Por lo tanto, es vital que el desarrollo tecnológico, incluso en los procesos posteriores a la cosecha, vaya acompañado de innovaciones sociales y cambios institucionales que aborden las barreras relacionadas con el género y mejoren la capacidad de las mujeres para adoptar y beneficiarse de estas tecnologías.

Créditos: ASMUCOCA

Existen algunos casos de éxito en los que el género y las pérdidas poscosecha se abordan de manera conjunta. Por ejemplo, la Asociación de Mujeres Rurales de Colombia y Caquetá (ASMUCOCA) trabaja con 55 mujeres, involucrándolas en la agricultura sostenible y el emprendimiento, con un enfoque en las aves de corral, cerdos, peces y el uso innovador de la fruta canangucha. Esta iniciativa no solo proporciona a las mujeres acceso a la tecnología y formación profesional, sino que también crea oportunidades de trabajo independiente. Al aprovechar la tecnología y los principios de la economía circular, esta iniciativa mejora el empoderamiento económico de las mujeres y promueve el desarrollo sostenible, fomentando un impacto positivo en sus vidas y en sus comunidades.

Los aprendizajes clave del seminario web fueron:

  • El vínculo entre género y pérdidas poscosecha es un campo de estudio poco explorado que requiere investigación y desarrollo enfocados para llenar las brechas de conocimiento y evidencia.
  • Ampliar la base de investigación sobre el género y las pérdidas poscosecha ayudará a fundamentar el desarrollo y la difusión de tecnología, las políticas y el diseño de programas. 
  • Los casos de éxito como el de ASMUCOCA destacan las soluciones existentes en la economía circular, las cuales pueden ampliarse o reproducirse con las debidas adaptaciones para ajustarse a diferentes contextos.