Mijo: De cereal antiguo a cultivo básico para los sistemas alimentarios del futuro
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El mijo es uno de los cereales más antiguos del mundo, con evidencias de su cultivo hace más de 7000 años. Existen más de 10 variedades; las más comunes son el sorgo, el mijo, el mijo cola de zorro y el mijo perla. Los mijos han tenido especial importancia cultural en India, China y Nigeria, donde se utilizan en platos tradicionales e incluso en bebidas (como la "malta de ragi" india).
Aunque el mijo fue uno de los primeros cultivos del mundo, su producción y consumo disminuyeron durante el siglo XX, especialmente desde la Revolución Verde (décadas de 1960 a 1980), cuando cereales de alto rendimiento, como el trigo y el arroz, empezaron a dominar los sistemas alimentarios. Sin embargo, la creciente concienciación sobre los beneficios nutricionales del mijo y su potencial bajo impacto medioambiental han aumentado el interés por estos cereales en todo el mundo (reflejado en el "Año Internacional del Mijo" de las Naciones Unidas en 2023), lo que ha provocado un aumento de la producción y el consumo. Entonces, ¿cómo pueden los mijos acelerar la acción global contra el cambio climático y la seguridad alimentaria?

Mijo en el mercado de Sawla, en el norte de Ghana. Crédito: CIAT/Neil Palmer
Mijo y agricultura de bajo impacto
Ante la aceleración del cambio climático y la degradación del medio ambiente, el mijo ofrece dos importantes ventajas medioambientales: necesita poca agua y contribuye a la restauración del suelo. Un estudio de 2023 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación concluyó que el mijo requiere mucho menos riego que el arroz y el trigo, lo que contribuye al ahorro de agua en la agricultura. En concreto, según el centro de CGIAR ICRISAT (Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para los Trópicos Semiáridos), el cultivo del mijo requiere 79 litros de agua de riego por kg frente a los 596 y 729 litros por kg de arroz y trigo, respectivamente. Se calcula que la agricultura consume el 70% del agua dulce extraída, y la inseguridad hídrica va en aumento, por lo que el aumento de la producción de mijo puede suponer una valiosa contribución al medio ambiente. Este bajo requerimiento de agua también hace del mijo un cultivo comercial fiable para los agricultores de regiones áridas y ofrece una alternativa para los agricultores de climas templados cuyos cultivos habituales se ven afectados por el calor y la sequía inducidos por el cambio climático.
En segundo lugar, la degradación del suelo es un reto creciente para la agricultura, y el mijo también podría contribuir a solucionarlo. Los ensayos de producción de mijo en Colombia descubrieron que el mijo prosperaba incluso en suelos degradados, lo que hace que estos granos sean ideales para regenerar estos suelos mediante prácticas agroecológicas como la rotación de cultivos (alternar los cultivos de un terreno, aumentando así la variedad de nutrientes del suelo) y la agricultura mixta (integrar cultivos con árboles e incluso ganado). Integrando el mijo en los sistemas de producción existentes, los agricultores podrían aportar al suelo agotado nuevos nutrientes sin necesidad de insumos excesivos, contribuyendo así a los esfuerzos por revertir la degradación del suelo.

Un agricultor inspecciona su cosecha de mijo en el norte de Ghana. Crédito: CIAT/Neil Palmer
Mijo para la seguridad alimentaria y la nutrición
Los mijos son ricos en macro y micronutrientes. Según un estudio del Instituto Indio de Investigación del Mijo (IIMR), el mijo es más rico en proteínas que la mayoría de los demás cereales y tiene altos niveles de fibra, vitaminas del complejo B y vitamina E; también contiene cantidades relativamente altas de minerales como hierro, magnesio y fósforo. El estudio del IIMR sobre los 'Beneficios para la salud y la nutrición del mijo' también concluyó que "el consumo de mijo reduce el riesgo de enfermedades cardiacas, protege de la diabetes y mejora la función digestiva". Estos resultados están respaldados por un estudio de 2021 que concluye que "los mijos tienen nutrientes competitivos iguales, o en algunos casos superiores, a los cereales convencionales como el maíz, el trigo y el arroz".
Incorporación del mijo a los sistemas alimentarios actuales
Como el interés por los mijos crece entre diversos ecologistas, nutricionistas y consumidores, las Naciones Unidas declararó al 2023 Año Internacional del Mijo, lanzando un año de eventos de concienciación, campañas, concursos y más, liderados por varias organizaciones que trabajan en la intersección de la agricultura, el medio ambiente y la nutrición. Reflexionando sobre el impacto de este año, la Dra. Jacqueline d'Arros Hughes –Directora General del ICRISAT– concluyó que "el Año Internacional del Mijo ha tenido un profundo impacto en la comprensión y apreciación mundial de los millets, y ha desencadenado colaboraciones e innovaciones significativas para aprovechar todo el potencial de estos extraordinarios cereales". Destacó que, tras haber aumentado la concienciación mundial sobre los beneficios del mijo, las organizaciones internacionales y los gobiernos deben centrarse ahora en desarrollar políticas propicias para los agricultores y los procesadores de alimentos, apoyando la innovación en las cadenas de valor del mijo y facilitando el acceso al mercado.
En un paso hacia la generalización de estos cereales, en 2024 el gobierno de la India incorporó el mijo a su "Sistema Público de Distribución", que proporciona cereales alimentarios totalmente subvencionados a más del 60 % de la población del país. Aunque la cantidad de mijo sigue siendo inferior a la de otros cereales, la política incluye planes para descentralizar su adquisición con el fin de aumentar esta proporción en el futuro.

Un agricultor cosecha mijo en Ghana, donde prospera a pesar del aumento de las temperaturas. Crédito: CIAT/Neil Palmer
Conclusiones:
Los estudios realizados en todo el mundo han demostrado que el aumento de la producción y el consumo de mijo encierra un gran potencial para reducir el impacto de los cultivos herbáceos, regenerar los suelos y enriquecer la dieta, construyendo así sistemas alimentarios más resistentes que aborden múltiples prioridades globales. Aunque se ha producido un notable aumento del interés y la producción de estos granos, la investigación en curso de la Alianza ha observado que, si bien los mijos están ganando popularidad, muchos productores carecen de acceso a las variedades más apropiadas para sus tierras, así como a la tecnología de procesamiento poscosecha necesaria para que sus productos estén listos para el mercado. Para poner en práctica los resultados de la investigación, la Alianza está colaborando con el PNUMA, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, entidades gubernamentales locales, universidades y organizaciones de la sociedad civil para aumentar el acceso a los recursos y reforzar las cadenas de valor del mijo con el fin de aprovechar todo el potencial de estos cereales.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS: ¿Cómo se cocina el mijo?
1. ¿Cómo se cocina el mijo y cuáles son algunas recetas populares con mijo?
Las recetas más populares incluyen ensaladas de mijo, pasteles, guisos, gachas, pilaf, upma y mucho más. ¡Descubra algunas aquí! Estos versátiles platos muestran la adaptabilidad y los beneficios nutricionales del mijo.
2. ¿Puedo utilizar el mijo como sustituto de otros cereales? ¿Cómo puedo realzar su sabor?
Sí, el mijo puede sustituir fácilmente al arroz, al trigo y a otros cereales comunes gracias a su sabor suave y a su agradable textura esponjosa. Para realzar su sabor, considere la posibilidad de tostar el mijo antes de cocinarlo, utilizar caldo en lugar de agua y añadir hierbas y especias durante el proceso de cocción. Estas técnicas realzan el sabor a nuez natural del mijo y añaden profundidad a sus platos.
3. ¿Cómo se conserva el mijo cocido? ¿Se puede utilizar en repostería y en sopas?
Los mijos cocidos pueden conservarse en un recipiente hermético en el frigorífico durante 4-5 días, o congelados hasta 3 meses. La harina de mijo es una gran opción para hornear pan, magdalenas y galletas, mientras que los mijos enteros pueden añadirse a sopas y guisos para obtener una textura y unos nutrientes extra.