Blog Semillas, clima y dietas en el siglo 21

“Los bancos de germoplasma son la materia prima con la cual se puede remoldear la agricultura y mejorar las dietas para el siglo 21”

#CIAThaciadelante Visiones de la sostenibilidad alimentaria futura

Peter Wenzl, Líder del Programa de Recursos Genéticos

Semillas, clima y dietas en el siglo 21

ODS_3Somos lo que comemos, pero es posible que lo que comemos deba cambiar. Esto debido a lo que está pasando con nu estro planeta y lo que estamos aprendiendo acerca de los microbios en nuestros intestinos. ¿Cómo pueden ayudar los bancos de germoplasma? Las predicciones sobre el cambio climático varían, pero no parece que vayan a ser más optimistas. Graves pérdidas de rendimientos son evidentes en todo el mundo, y el cambio climático severo puede transformar el mapa agrícola en regiones como África subsahariana y América Central. El riesgo de una conmoción en el sistema alimentario mundial está en aumento. Al mismo tiempo, la población mundial sigue creciendo, urbanizando y adoptando dietas “occidentalizadas” que dependen de granos de cereales, azúcar, aceites vegetales y productos pecuarios. Si bien la desnutrición en todo el planeta ha disminuido a casi la mitad en el último siglo, la obesidad y la diabetes se están propagando en tanto que las dietas “occidentalizadas” ganan más popularidad. Sin embargo, existen personas nativas cuyas dietas tradicionales contienen bien sea más carbohidratos o más proteína animal que las dietas occidentales, y se encuentran en perfecta salud. Los científicos todavía no entienden exactamente por qué. En todo caso, parece que las personas con dietas “ancestrales” poseen un microbioma más diverso (mezcla de bacterias intestinales) que la gente que consume dietas “occidentalizadas” caracterizadas por una densidad de carbohidratos “acelulares” sin precedentes (harina de cereales, azúcar). Los microbiomas “occidentalizados” parecen estar más inclinados a pocas especies microbianas que al parecer causan una inflamación sistémica que origina la obesidad y otras enfermedades. Pero, ¿a qué vienen al caso los bancos de germoplasma? Pues bien, los bancos de germoplasma brindan soluciones a ambos problemas: el cambio climático y las enfermedades crónicas relacionadas con las dietas. Los cientos de miles de variedades vegetales conservadas en los bancos de germoplasma de todo el mundo son la materia prima con la cual se puede remoldear la agricultura y mejorar las dietas para el siglo 21. Esto sucederá de dos maneras. En primer lugar, el mejoramiento genético contribuirá para lograr que nuestros cultivos sean más resilientes a la sequía, el calor y a plagas y enfermedades. Y en segunda instancia, nos ayudarán a adoptar dietas más “apropiadas evolutivamente” con base en una gama más diversa de cultivos alimenticios densos en nutrientes. Desde ya, el banco de germoplasma del CIAT tiene mucho que ofrecer. Alberga las mayores colecciones de cultivos clave del mundo que respaldan el suministro de carbohidratos saludables (yuca) y proteína vegetal/animal (fríjol, forrajes) en los sistemas alimentarios tropicales. Pero debido a la escala y confluencia de estos retos, hemos decidido ampliarlo y mejorarlo. Semillas del Futuro será mucho más que un banco de germoplasma. Será un hogar mundial para los recursos fitogenéticos y un motor de bioinnovación en los sistemas alimentarios tropicales. Además de conservar colecciones de cultivos vitales como una “póliza de seguro genética”, también contribuirá a potencializar innovaciones en genómica y otras tecnologías para acercarnos a rasgos que puedan ser de utilidad. Asimismo, será una plataforma para conectarnos con bancos regionales con los cuales desplegaremos tecnologías de última generación en una amplia gama de cultivos alimenticios, sensibilizando a su vez acerca de los marcos de políticas en evolución que regulan los recursos genéticos.

La incorporación de métodos de secuenciación de ADN y proyección genómica en los bancos de germoplasma, la fenotipificación con base en imágenes, la edición de genomas y otros enfoques fascinantes nos permiten aprovechar los recursos genéticos de una manera más integral y dirigida de lo que fue posible en el pasado. Estoy convencido de que, si se usa sabiamente, la diversidad de cultivos nos ayudará a alcanzar y mantener el ritmo de las profundas transformaciones que se están dando en los sistemas alimentarios tropicales, quizás realineando a las personas, las plantas y el planeta de formas nuevas e insospechadas.