Una estrategia para salvaguardar los recursos fitogenéticos de Santa Lucía
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La Alianza de Bioversity International y el CIAT, con el apoyo de la FAO, elaboró un plan de acción estratégico para la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos de la isla caribeña.
Por Gaia Gullotta, Marleni Ramirez y Paola De Santis
Santa Lucía, una isla caribeña famosa por sus exuberantes paisajes volcánicos y su vibrante cultura, también está muy expuesta al cambio climático. Con una superficie de 617 kilómetros cuadrados, este paraíso tropical se enfrenta al aumento de las temperaturas y a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes. Estos retos ponen bajo presión su agricultura, sus recursos hídricos y su biodiversidad; sin embargo, también conllevan una oportunidad que aún no se ha explorado del todo: los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (RFAA).
Estos recursos, parte esencial del patrimonio agrícola de Santa Lucía, son escasos en los mercados urbanos, están ausentes de las mesas de los turistas y son cada vez más desconocidos para las generaciones más jóvenes. De hecho, la mayoría de los alimentos que se consumen en Santa Lucía son importados. Sin embargo, los RFAA son la clave para diversificar los terrenos agrícolas y las dietas, reducir la huella de carbono del sector alimentario y crear medios de vida para jóvenes y mujeres. Para liberar este potencial, la FAO ha apoyado el desarrollo del Plan de Acción Estratégico para la Conservación y el Uso de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, a través del Programa ACP-MEAs 3, y financiado por la Unión Europea. Gracias a este apoyo, la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) ha desarrollado el Plan de Acción Estratégico, que proporciona una hoja de ruta completa para la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos en Santa Lucía.
Una visión para la resiliencia
El Plan de Acción Estratégico prevé un futuro en el que, para 2033, la conservación, el acceso y el uso de los RFAA de Santa Lucía, especialmente las variedades autóctonas y tradicionales, serán un pilar estratégico para la seguridad alimentaria y la adaptación al clima. Esta estrategia visionaria alinea los esfuerzos locales con los objetivos globales, aprovechando los RFAA para apoyar sistemas alimentarios resilientes y empoderar a las comunidades.

Crédito: a) Vivero. c) Planta de kaymit en el vivero. d) Planta de vainilla en el vivero. e) Sistema de captación de agua - Bioversity International/P. De Santis. b) y f) Mercadillo - Bioversity International/M. Ramirez.
Los seis componentes
El Plan de Acción Estratégico L se estructura en torno a seis componentes, cada uno de los cuales aborda necesidades y oportunidades críticas:
- Conservación: desde la preservación de los ecosistemas hasta la creación de bases de datos sólidas, este componente salvaguarda la diversidad de los RFAA de Santa Lucía. La colaboración con iniciativas regionales mejora los esfuerzos de conservación in situ, en las fincas, y ex situ.
- Uso sostenible: al promover sistemas de producción diversificados, fomentar la investigación de cultivares nuevos y mejorados, y garantizar la disponibilidad de material de siembra, este componente pretende reducir la dependencia de las importaciones, fortalecer los mercados locales y satisfacer las necesidades posteriores a los desastres con reservas estratégicas de semillas.
- Políticas institucionales: las políticas integrarán la conservación y el uso de los RFAA en estrategias más amplias de adaptación al clima, estableciendo la Comisión Nacional de RFAA para tender un puente entre la colaboración pública y privada y elevar el papel de los agricultores y los conocimientos tradicionales.
- Educación y desarrollo de capacidades: el conocimiento es poder. Desde los responsables políticos hasta los agricultores, este componente garantiza que todos comprendan el valor de los RFAA y estén equipados con las habilidades necesarias para protegerlos y utilizarlos eficazmente.
- Operacional: al coordinar a las partes interesadas nacionales e internacionales, este componente crea un marco de acción unificado y un sistema sólido para supervisar los avances.
- Financiero: un plan financiero a largo plazo sustenta el Plan de Acción Estratégico, garantizando los recursos necesarios para alcanzar sus ambiciosos objetivos.
Un plan para las personas
El Plan de Acción Estratégico no se trata solo de plantas, sino también de personas. Prevé un sistema alimentario resiliente que:
- Apoya a los agricultores locales con recursos y formación.
- Motiva a jóvenes y mujeres a innovar y liderar en la agricultura.
- Pone nuevamente los alimentos tradicionales en las mesas, conectando a las comunidades con su patrimonio culinario y cultural.
Alineado con el Plan Nacional de Adaptación de Santa Lucía y los compromisos internacionales, el Plan de Acción Estratégico demuestra cómo la acción local puede contribuir a la sostenibilidad global.
Cultivar la esperanza para el futuro
A medida que Santa Lucía implementa esta estrategia transformadora, la isla ofrece un poderoso ejemplo de cómo los Estados pequeños pueden liderar la sostenibilidad y la resiliencia. Al dar prioridad a su rico patrimonio de RFAA, Santa Lucía no solo preserva su pasado, sino que cultiva un futuro más brillante y seguro.

Vivero. Crédito: Bioversity International/P. De Santis

Mercadillo. Crédito: Bioversity International/M. Ramirez
Juntos, a través de la colaboración y la innovación, la visión de Santa Lucía florecerá, garantizando la seguridad alimentaria y la resiliencia climática para las generaciones venideras.
Agradecimientos
El Plan de Acción Estratégico se ha beneficiado enormemente de la dedicación y el compromiso de Hannah Dupal Romain, jefa de Investigación y Desarrollo de Plantas, del Ministerio de Agricultura, Pesca, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural, así como de Leshane Monrose, de la FAO en Santa Lucía, quienes apoyaron en todo momento el trabajo del equipo de redacción. El equipo responsable de la investigación, consultoría y redacción del Plan de Acción Estratégico incluyó a Paola De Santis, Marleni Ramirez y Gaia Gullotta, de la Alianza de Bioversity International y el CIAT.