Research Articles Colombia se suma al Tratado Internacional de Semillas para fortalecer su agricultura

En el marco de la COP16 de Biodiversidad, y con Colombia como anfitrión de este evento global que se está celebrando del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024, el país refuerza su compromiso con la biodiversidad agrícola al unirse al Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA). Este tratado, ratificado ya por 152 países, permite a Colombia acceder y compartir la diversidad genética necesaria para enfrentar los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria.

En un mundo en constante transformación por factores naturales, económicos y sociales, la diversidad genética es clave para desarrollar nuevas variedades de cultivos y garantizar la seguridad alimentaria. ¿Cómo se conserva esta diversidad y se asegura su disponibilidad para futuras generaciones? La respuesta a estos desafíos está en la cooperación global facilitada por el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA), que no solo respalda la ciencia del mejoramiento de cultivos, sino que también permite un acceso equitativo y sostenible a los recursos fitogenéticos.

La FAO estima que, durante el siglo XX, se perdió alrededor del 75% de la biodiversidad agrícola mundial, debido a factores como el cambio en el uso del suelo, el cambio climático y la sustitución de variedades tradicionales por híbridos más productivos. En este contexto, garantizar la diversidad genética es esencial para el desarrollo de nuevas variedades de cultivos que puedan resistir las condiciones cambiantes del planeta. Sin embargo, el proceso de intercambio de recursos fitogenéticos entre países se ha vuelto cada vez más complejo, a menudo requiriendo extensas negociaciones bilaterales. Es aquí donde el TIRFAA juega un papel crucial, facilitando el intercambio y asegurando que los beneficios se compartan de manera justa.

También conocido como el Tratado Internacional de las Semillas, adoptado por el periodo 31 de sesiones de la Conferencia de la FAO en Roma en 2001, es un acuerdo que ayuda a garantizar la seguridad alimentaria a través de la conservación, el intercambio y el uso sostenible de los materiales fitogenéticos mundiales para alimentación y agricultura

El desarrollo de variedades exitosas de cultivos alimenticios depende de la confluencia y uso de múltiples variedades y materiales que permiten realizar los procesos de mejoramiento, investigación y educación de recursos para la alimentación y la agricultura. El TIRFAA permite la cooperación e intercambio entre los países con diversos contextos ambientales, logrando así que se puedan desarrollar variedades adaptadas a las condiciones locales a partir del cruzamiento y la investigación de materiales provenientes de varios países. 

El TIRFAA tiene un enfoque más amplio que solo beneficiar los programas de mejoramiento genético de cultivos. Desde su concepción, ha sido diseñado como una herramienta para resaltar y proteger la labor de conservación de todas las comunidades agrícolas en el mundo. El Tratado reconoce y valora el papel fundamental de las comunidades agrícolas que han conservado los recursos fitogenéticos hasta el día de hoy. Además, busca establecer mecanismos que garanticen una participación equitativa y justa en los beneficios derivados de la utilización de estos recursos genéticos. De esta manera, el Tratado impulsa que la conservación de estos recursos se mantenga en el futuro, promoviendo la sostenibilidad y protegiendo los conocimientos tradicionales y prácticas de estas comunidades agrícolas.

Un solo gen oculto en una variedad podría marcar la diferencia entre una cosecha robusta y otra con resultados menos favorables ocasionados por el cambio climático.

El TIRFAA y su importancia para Colombia

Para Colombia, ser parte del Tratado resulta fundamental para el desarrollo de la agricultura, ya que el país depende en gran medida del acceso a los recursos fitogenéticos de origen foráneo, es decir, provenientes de otros países del mundo.

Según cifras oficiales, la dependencia de Colombia respecto a los recursos fitogenéticos foráneos está entre el 84 y el 94%.

El Tratado cobra aún más importancia cuando se enfrentan retos para los sistemas productivos, como el cambio y la variabilidad climática, baja productividad y plagas o enfermedades. Un ejemplo claro de esto es la llegada de la marchitez en el cultivo de plátano y banano causada por el hongo Fusarium Raza Tropical 4 (FOC R4T) a América Latina, siendo Colombia el primer país afectado tras confirmarse el primer caso en 2019. En esta circunstancia, y considerando la importancia del cultivo para la seguridad alimentaria y empleo rural del país, el TIRFAA provee ventajas a través del acceso facilitado y expedito a diversidad genética de banano y plátano de la que Colombia no dispone, por ejemplo, de Nueva Guinea. 

Así mismo, el Tratado responde a retos como la desnutrición y la obesidad porque acelera los procesos de mejora de las semillas con reglas de intercambio más sencillas y prácticas. Un ejemplo de esto es el desarrollo de variedades biofortificadas de fríjol a partir de materiales provenientes de Perú y Mesoamérica. Entre ellas, se encuentra el fríjol Bio 101, una variedad resistente a la sequía y que ha beneficiado a 36,607 familias colombianas a través del Programa Harvest Plus, hoy, programa de Biofortificados, en conjunto con la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (FENALCE), la Corporación colombiana de investigación agropecuaria Agrosavia y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

El proceso de ratificación 

Entre los años 1996 y 2000 Colombia fue un participante activo de la negociación del Tratado. Durante los últimos tres años, se ha conformado un equipo técnico asesor para apoyar al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y la Cancillería en el proceso de ratificación del Tratado en Colombia. Este equipo técnico liderado por la Alianza de Bioversity International y el CIAT, está conformado por Agrosavia, la FAO (oficinas de Colombia y Roma) y la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) 


“La colaboración entre la FAO y la Alianza en Colombia fue clave para impulsar la iniciativa legislativa que llevó a la adhesión del país al Tratado. Esperamos que la colaboración pueda reforzarse aún más para promover eficazmente la implementación del Tratado, con la participación de todas las organizaciones y partes interesadas que han contribuido al diálogo de 360 grados”, afirma Francisco López, oficial técnico del Tratado Internacional de la FAO con sede en Roma, Italia.
 

Gracias al esfuerzo de los actores involucrados, el pasado 5 de enero de este año se emitió la Ley 2285 de 2023, la cual ya surtió la revisión de constitucionalidad  por parte de la Corte Constitucional. Esta ratificación posiciona a Colombia entre los 152 países que son parte del Tratado.

“Formar parte de una causa común para el beneficio de tantos colombianos y del futuro de nuestra agricultura y agrobiodiversidad con la aprobación de este Tratado, nos define no sólo como actor clave del sector agrario de nuestro país, sino como promotor del bienestar de aquellas comunidades y pueblos, que con sus semillas y conocimientos ancestrales, hacen posible que aún hoy disfrutemos de una identidad alimentaria”, comenta Mauricio Parra Quijano, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL, Bogotá. 

 


"Ha sido maravilloso para el equipo técnico asesor poner la experiencia científica, política y técnica al servicio del avance legislativo de Colombia para beneficiarse de los instrumentos internacionales que pueden apalancar el desarrollo rural equitativo y sostenible en nuestro país. Esperamos seguir apoyando al Gobierno Nacional en materia de innovación legislativa y en la implementación del Tratado para seguir posicionando a Colombia como potencia mundial agroalimentaria", aseguró Carolina Navarrete Frías, Asesora Senior en Políticas Ambientales y Biodiversidad, quien lideró esta iniciativa de ratificación del Tratado, junto con el apoyo de la Oficina Jurídica y científicos de la Alianza Bioversity-CIAT, y el equipo técnico asesor conformado por AGROSAVIA, la UNAL y la FAO – Roma y Colombia.

Asesora principal de políticas sobre política ambiental y biodiversidad