Blog Más leche, más oportunidades: el camino que abrió Rutas PDET para una ganadería sostenible en Caquetá

Durante cuatro años, la Alianza Bioversity y CIAT lideró la ejecución del componente de Innovación tecnológica del proyecto Rutas PDET. En el caso de Caquetá, este esfuerzo estuvo enfocado al fortalecimiento de la cadena productiva de lácteos mediante la implementación de seis paquetes tecnológicos, espacios de diálogo, colaboración con actores claves del sector, capacitaciones y talleres técnicos y de género, el programa brindó a los productores y productoras herramientas para incrementar la producción y calidad de la leche, al tiempo que promovía prácticas sostenibles en la ganadería. 

En la fase inicial del proceso, se llevó a cabo un ejercicio participativo en el que cada familia de productores imaginó y plasmó la "Finca de los sueños", visualizando un sistema productivo con mayor capacidad y más productiva.

Jhon Morales, productor de la finca ‘Nápoles’ en Puerto Rico, comentó lo interesante de este ejercicio: “siempre he soñado con una finca mejor para mi ganado, pero nunca me había sentado a pensarla así. Nosotros dibujamos potreros bien organizados, con pastos que aguanten el verano, pusimos árboles para sombra y bebederos en todos los potreros. Y con mi familia nos dimos cuenta que con algunos cambios la finca puede ser más productiva y ayudar al medio ambiente”.

Mas allá de un ejercicio de imaginación, este paso sirvió como base para la planificación estratégica, documentada en la "Carpeta de planificación predial". Este recurso estructuró planes de trabajo personalizados e incluyó información sobre las familias que participan del proyecto Rutas PDET y sus predios, como por ejemplo la delimitación de las áreas de implementación de las tecnologías ganaderas sostenibles y perfiles descriptivos de los productores, consolidando una Geodatabase sólida para el seguimiento del proyecto. 

Con esta información en mano, los investigadores de la Alianza diseñaron estrategias concretas para cada productor, evaluando costos, materiales y requerimientos de mano de obra para transformar sus aspiraciones en mejoras tangibles y sostenibles en el tiempo, incluso después de finalizado el Programa Rutas PDET. 

Para ello, se seleccionaron siete fincas ''demostrativas'' en ubicaciones estratégicas para que los 369 beneficiarios del proyecto pudieran visitarlas y observar los resultados de primera mano. En estas fincas se implementaron los seis paquetes tecnológicos del programa y se organizaron actividades periódicas, como el Primer Seminario de la Cadena Láctea, que reunió a cerca de 220 actores clave del sector en la finca Villa maría, ubicada en el Paujil.

Además de la implementación de forrajes mejorados, banco de forrajes, cercas vivas con árboles y cosecha de agua, el programa fortaleció la generación de capacidades en temas clave, como los puntos críticos de control definidos por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), con miras a la certificación en  Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) y Buenas Prácticas de Ordeño (BPO).

Este modelo no solo facilitó la adopción de nuevas prácticas, sino que también derribó el escepticismo inicial, demostrando que la investigación no se quedaba en los laboratorios, sino que llegaba al campo. La experiencia de los ganaderos que participaron en el programa refleja los beneficios de esta transferencia de conocimiento, traducida en mejoras productivas y ambientales.

Para muchas mujeres, estos talleres marcaron un antes y un después en su rol dentro del sector, permitiéndoles pasar de ser vistas –y de verse a sí mismas– como colaboradoras en sus fincas a reconocerse como ganaderas y tomadoras de decisiones informadas no solo dentro de la cadena láctea, sino también de su núcleo familiar. 

Para garantizar la participación femenina, se adaptaron los horarios de las actividades para que fueran compatibles con sus responsabilidades diarias. Además, se organizaron actividades simultáneas para niños, permitiendo que las madres asistieran sin preocupaciones. Estas medidas contribuyeron a que la participación femenina superara ampliamente las expectativas iniciales. 

Este tipo de procesos inclusivos son cruciales para avanzar en la construcción de paz y el desarrollo sostenible en territorios afectados por la violencia, ofreciendo a las comunidades alternativas viables, productivas y seguras.

El cierre de este proyecto no marca un final, sino un nuevo punto de partida para los ganaderos, quienes ahora cuentan con herramientas y conocimientos para seguir mejorando la productividad y sostenibilidad de sus fincas. Las fincas demostrativas seguirán siendo espacios de aprendizaje para la comunidad, impulsando la adopción de prácticas innovadoras; el fortalecimiento de capacidades en BPG y BPO abre nuevas oportunidades de certificación de calidad para sus productos; y el reconocimiento del rol de las mujeres ha sido un paso clave para su empoderamiento y liderazgo en la cadena productiva.