Biodiversidad en nuestro plato: la conexión entre salud y nutrición
Blog
De camino a la COP16, la cumbre mundial sobre biodiversidad que este año se realiza en Colombia: el primero de una serie de artículos de reflexión de la Alianza sobre la COP16 se centra en la importancia de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad para la salud humana.
Una dieta diversa es una dieta sana. La investigación ha demostrado que aumentar el número de especies y variedades que cultivamos y consumimos puede aportar una gama completa de nutrientes y beneficios para nutrir la salud humana.
Esto es especialmente urgente porque nuestros sistemas alimentarios no proporcionan la nutrición que necesitamos. La diversidad alimentaria en la producción y el consumo ha alcanzado un mínimo histórico, debido a varias crisis agravadas: el cambio climático, la degradación del suelo y la priorización de la producción masiva de alimentos baratos y de baja calidad. En 2022, 3 de cada 10 personas en todo el mundo – unos 2.400 millones – padecieron inseguridad alimentaria de moderada a grave, mientras que más de 4 de cada 10, es decir, alrededor de unas 3.100 millones de personas, no pudieron permitirse una dieta segura y nutritiva, especialmente los grupos vulnerables como los pueblos indígenas. Como prueba de la escasa diversidad de nuestra dieta global, actualmente obtenemos más del 50% de nuestras calorías de origen vegetal de solo tres cultivos: arroz, trigo y maíz.
No tiene por qué ser así. La agrobiodiversidad – la riqueza de las diferentes plantas, animales y microorganismos que componen nuestros sistemas agroalimentarios – puede proporcionar un abundante menú de diferentes alimentos, especies y diversidad genética para transformar los sistemas de producción alimentarios. Si los responsables políticos, la industria y las organizaciones de desarrollo incentivan la integración de la agrobiodiversidad, podemos mejorar los medios de vida, reducir los riesgos para la salud y hacer que lo que comemos sea más sostenible, equitativo y resiliente.
¿Qué ofrece la diversidad alimentaria?

Maximizar los beneficios de la biodiversidad exige comprender su contribución fundamental al suministro de alimentos y a la salud, incluida su composición nutricional. El contenido de nutrientes entre distintas especies, razas o variedades vegetales puede variar enormemente, al igual que su costo y disponibilidad a lo largo de las estaciones. La disponibilidad de nutrientes también difiere según la parte de la planta o el animal que se consuma, y de cómo se prepare y cocine.
Nuestro conocimiento actual solo aborda la parte más superficial de la complejidad de los alimentos. Innovaciones recientes en el análisis biomolecular han explorado la "materia oscura" de los alimentos, examinando los 2.600 macronutrientes, micronutrientes y otros componentes que pueden afectar a nuestra salud. A partir de 1.650 alimentos, la Iniciativa de la Tabla Periódica de los Alimentos está recopilando datos para impulsar la innovación en la mejora de los cultivos, las recomendaciones dietarias y los incentivos para adoptar dietas más diversas a gran escala.
Las lecciones de la alimentación tradicional
La alimentación y la cultura están íntimamente ligadas. Durante siglos, la agrobiodiversidad ha formado parte de las cocinas de todo el mundo. Un estudio realizado en Turquía (Türkiye) informó de que las plantas alimenticias silvestres se siguen utilizando ampliamente en la cocina local y tradicional en muchas partes del país. Algunas se consumen crudas, mientras que otras se cocinan, lo que requiere un procesamiento y una preparación más complejos. El estudio también descubrió que 29 especies se utilizan en la medicina herbaria tradicional para curar casi 40 dolencias, entre ellas diabetes, indigestión, resfriados comunes, cálculos renales, tos, problemas cardiovasculares y dolores de muelas. Tenemos pruebas de que los sistemas alimentarios indígenas y los diversos alimentos y dietas que los componen fortalecen las conexiones con la tierra, el medio ambiente, los medios de vida, la resiliencia y el bienestar.
El futuro: la alimentación escolar como punto de partida
Conectar tradición e innovación no tiene por qué ser complicado. Hay muchas formas sencillas de integrar la biodiversidad en las dietas de maneras que tengan en cuenta las diferencias culturales y se basen en la investigación.
Una oportunidad ejemplar son las comidas escolares. Según estimaciones recientes, estas benefician a 418 millones de niños y, según evidencias, también mejoran su nutrición; sin embargo, aún hay un margen de mejora que podría cubrirse aumentando la agrobiodiversidad en las comidas. Estas no solo pueden proporcionar una nutrición esencial a los escolares, sino que también pueden ser un recurso educativo. Los programas de alimentación escolar también dan empleo a más de 4 millones de personas.
La contratación pública de productos locales procedentes de pequeños agricultores, conocida como alimentación escolar casera (HGSF, por sus siglas en inglés), puede resolver múltiples problemas a la vez. Una evaluación de 2022 de los programas de HGSF en 12 países de América Latina y el Caribe encontró evidencias de hábitos alimentarios más saludables, una mayor diversidad alimentaria y un aumento de la matrícula escolar, lo que incrementa el potencial productivo de los estudiantes en etapas posteriores de su vida.
Los enfoques de HGSF también pueden incentivar el cultivo de biodiversidad mediante cadenas de suministro más cortas. En el condado de Busia, Kenia, se puso a prueba el enfoque HGSF para diversificar las dietas con verduras autóctonas de origen local. Esta iniciativa ha demostrado un potencial significativo para promover la protección social. Las pruebas preliminares indican que este enfoque influyó positivamente en la diversidad dietaria de las comidas escolares, fomentó el cultivo de especies desatendidas y subutilizadas, y mejoró los resultados económicos y sociales de los productores.
Desde la pandemia, este espacio está ganando reconocimiento: la Alianza se unió a más de 120 socios como parte de la Coalición de Alimentación Escolar auspiciada por el Programa Mundial de Alimentos, cuyo objetivo es mejorar la implementación entre países de los programas de alimentación escolar, haciendo hincapié en llegar a los niños vulnerables.

Maestros de preescolar y niños del Cauca, Colombia, cultivan verduras, aprendiendo sobre los efectos del clima en el crecimiento de las plantas y la importancia del cuidado de la tierra.
Adoptar un enfoque de la alimentación escolar sensible al cambio climático ofrece valiosas oportunidades para integrar temas educativos más amplios, especialmente a través del aprendizaje basado en huertos escolares. Estos pueden ofrecer un aprendizaje práctico, ayudando a los niños a comprender los riesgos e impactos del cambio climático y mostrando estrategias de adaptación. Esto se ha demostrado eficazmente en Filipinas, donde las escuelas han promovido ampliamente los sistemas de jardinería regenerativa con prácticas resilientes al clima. Del mismo modo, en Cauca, Colombia, los maestros de preescolar y los niños cultivan verduras, aprendiendo sobre los efectos del clima en el crecimiento de las plantas y la importancia del cuidado de la tierra como parte de la agricultura sostenible adaptada al clima.
Restaurar la agrobiodiversidad y mejorar la salud humana
La pérdida de biodiversidad es una consecuencia en gran medida ignorada de las transformaciones del sistema alimentario mundial, que altera gravemente los ecosistemas y erosiona el patrimonio cultural de los pueblos tradicionales e indígenas. El declive de las culturas alimentarias autóctonas y la agrobiodiversidad están interrelacionados, ya que la reducción de la conciencia, la producción y el consumo de alimentos tradicionales contribuyen a este ciclo. Revitalizar estas culturas alimentarias y aumentar el uso de alimentos autóctonos subutilizados puede restaurar la agrobiodiversidad, en consonancia con la Meta 10 del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que figurará entre los debates prioritarios de la COP16. Este enfoque no solo mejora la nutrición y la salud humanas gracias a sus propiedades beneficiosas, sino que también promueve sistemas sostenibles de producción de alimentos.
El equipo

Danny Hunter
Principal Scientist, Convener for the Pacific
Teresa Borelli
Scientist IPara saber más




