En la medida en que se levantaron las restricciones, nuestros investigadores y socios intensificaron el trabajo en campo hasta lograr el nivel que se tenía previo a la pandemia. La expansión de la investigación de la Alianza y su constante excelencia científica fueron el sello distintivo de un año exitoso. 

A pesar de la pandemia, la incertidumbre e inestabilidad económica en varias áreas donde trabajamos en África en 2021, la Alianza tuvo un año del cual se enorgullece. Continuamos creciendo como Alianza –en particular con la expansión de nuestro equipo de África occidental en Senegal– trabajamos estrechamente con socios y Centros CGIAR y apoyamos la transición hacia Un CGIAR.

Sin embargo, lo más importante es que seguimos ofreciendo beneficios tangibles para los pequeños agricultores, que son fundamentales en el trabajo que realizamos. 

Lanzamiento del Atlas de fríjol

Después de varios años de dedicación, lanzamos la segunda versión del Atlas de fríjol, una guía indispensable y totalmente digital sobre una de las fuentes más importantes de proteína vegetal en el continente. Esta publicación de la Alianza Panafricana de Investigación en Fríjol (PABRA) que coordina la Alianza, representa un servicio integral para todos los actores de la cadena de valor del fríjol en las 31 naciones donde trabaja PABRA. 

Informe desde el campo

Si bien la desnutrición sigue siendo un tema importante en muchas partes del continente, un creciente movimiento que fomenta el cultivo de hortalizas africanas de hoja está ayudando a mejorar las dietas, preservar la biodiversidad en finca y aumentar los ingresos. Los bancos comunitarios de semilla, como el que ayudamos a establecer en Vihiga, Kenia, permite a los agricultores producir progresivamente estos cultivos ricos en nutrientes, como se ilustra en esta inspiradora historia de campo. Esperamos poder agregar más historias de éxito ahora que las hortalizas africanas de hoja han recibido un impulso con el reconocimiento oficial de la UNESCO.  

Otra excelente historia relata un día en la vida de la agricultora Nelly Adhiambo, quien ha aumentado sustancialmente la productividad de sus vacas y sus ingresos, mediante el cultivo de variedades mejoradas de pasto. Nelly es tan solo una de mil productores impactadas por el proyecto Grass to Cash. Este es un gran ejemplo de cómo los investigadores en forrajes de la Alianza aprovecharon la riqueza del banco de germoplasma de Colombia y trabajaron con socios del sector público y privado para mejorar los medios de vida en el área rural. 

En el informe desde Burkina Faso, nuestros investigadores destacaron la forma en que los enfoques participativos –trabajando directamente con los agricultores en la siembra de árboles y el uso de técnicas locales de paisajismo– serán esenciales durante el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas. 

En Etiopía, la colaboración de la Alianza con agricultores y el Ministerio de Agricultura descubrió los mejores métodos para retener carbono en el suelo, un recurso valioso en la lucha contra el cambio climático. De los tres estudios publicados sobre esta investigación, el más reciente demostró que ocho años de intervenciones en el uso del suelo aumentaron el carbono en suelo. A continuación,  lea más acerca de este trabajo: 

Publicaciones acerca de mejores prácticas agrarias

Nuestros investigadores han continuado publicando en revistas de nivel superior. Un provocativo informe, redactado con colegas del Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias, proporcionó evidencia de que una dieta sin carne no sería de beneficio para África, pero que mitigar las emisiones de la ganadería es la mejor estrategia.  

En otra parte, documentamos cómo la COVID-19 dio lugar a la innovación agraria en África, pues agricultores urbanos incrementaron el tamaño de sus fincas recurriendo a aplicaciones móviles para asegurar el acceso al mercado ante las graves alteraciones que se dieron. 

En el norte de Tanzania, la disminución de la fertilidad del suelo, los patrones climáticos cambiantes y el uso de prácticas inadecuadas de manejo agrícola han tenido un impacto negativo en la baja producción de cultivos. Con casi una década de estar trabajando en estos temas, la Alianza y sus socios reportaron la forma en que las capacitaciones y nuevas técnicas han beneficiado a más de 8.000 agricultores.  

Una publicación titulada "Los microbios importan" profundizó en cómo el estiércol de granja, la aplicación precisa de fertilizante y otras prácticas aumentan la carga microbiana y la fertilidad de los suelos para mejorar la producción agrícola.