Construyendo el estado del arte de la investigación agrícola en América Latina
A comienzos de febrero, el programa de Indicadores de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (ASTI, por sus siglas en inglés) llevó a cabo en el campus del CIAT, un taller de revisión técnica y alcance para América Latina y el Caribe.
Este taller fue la oportunidad para reunir a los puntos focales de ASTI en la región, es decir, los contactos claves que han estado coordinando, en casi todos los países de la región, la realización de las rondas de encuestas nacionales durante el último año, para actualizar los datos sobre la inversión en investigación agrícola, talento y resultados.
Esta ronda de encuestas, llevada a cabo con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del gobierno canadiense, implicó el involucramiento de cerca de 600 organizaciones gubernamentales en la región ALC. Y aunque los resultados se entregarán formalmente en abril de 2016, entre ellos un conjunto de perfiles de país, una síntesis regional y el lanzamiento del sitio web de ASTI en español, desde ya hay datos que reflejan la diversidad y el dinamismo que caracterizan la región:
Mayores inversores
Argentina, Brasil y Chile son los países que más invierten en investigación agropecuaria.
Falta de masa crítica de investigadores con grado de doctorado
Muchos de los países más pequeños de ALC presentan una falta de masa crítica de investigadores que cuenten con grado de doctorado. En Paraguay, Honduras, Panamá y Nicaragua menos del 10% de los investigadores agrícolas es PhD.
Crecimiento importante en inversión en investigación agrícola
En conjunto, la región ALC ha presentado durante los últimos años un crecimiento importante en inversión en investigación agrícola y capacidad. Sin embargo, el crecimiento de la región como tal impide ver con claridad las diferencias considerables que existen entre los países.
Científicos a punto de jubilarse
Buena parte de los países enfrenta el reto de que muchos de sus investigadores, especialmente aquellos con grado de doctorado están próximos a jubilarse. En Panamá, México, Costa Rica y Perú, más de la mitad de los científicos son mayores de 50 años.
¿Para qué le sirven todos estos datos a un país?
Para Cristian Zuchini, participante del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, la información de ASTI es crucial para tomar decisiones y compartir aprendizajes.
“Es muy importante agregar valor a la información generada por ASTI y motivar a nuestros líderes para que la usen a la hora de tomar decisiones y evaluar y validar las políticas que se están aplicando en nuestro país. También es importante compartir esta información con nuestros países vecinos en la región, para encontrar complementariedades.
Participar en ASTI es también una ventana para asomarse a las experiencias de otros países y llegar al propio motivado para buscar la forma de replicarlas. Brasil y Ecuador han logrado incluir el monitoreo y los indicadores en sus planes estratégicos institucionales. Una acción que facilita por ejemplo la mejora continua y la movilización de recursos. Otro ejemplo es la experiencia de Colombia, que logró la articulación de diferentes organismos para recopilar la información y lograr así un sistema sostenible”.
Cristian ZuchiniPasos a seguir
Para Nienke Beintema, jefe de ASTI, aquí la palabra clave es diálogo. Uno que lleve a influenciar la toma de decisiones de los formuladores de políticas en los países. Mediante el trabajo en equipo con las organizaciones socias y con los puntos focales, ASTI puede usar este proceso de diálogo para pasar de solo generar resultados a hacer un uso concreto de éstos para el desarrollo de los países.
De ahí la importancia de llevar el mensaje de ASTI a diversas audiencias mediante distintos canales como las redes sociales; sin dejar a un lado la distribución masiva de publicaciones; asegurando la participación en eventos estratégicos; y el relacionamiento continuo con instituciones regionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Foro Regional de Tecnología Agropecuaria (FORAGRO), y la Red de PROCIs que integra los sistemas de investigación y desarrollo tecnológico, para contribuir a adquirir el hábito de la recolección y análisis continuo de la información de investigación agropecuaria de cada país.
Otro punto de entrada es trabajar en estrecha colaboración con instituciones nacionales y socios claves a nivel de país para proveer acompañamiento oportuno, recomendaciones estratégicas y hacer uso de los resultados de proyectos actuales.
Por último, y para garantizar la continuidad de esta labor detallada, resulta de vital importancia identificar nuevos mecanismos de financiación que permitan la recolección de datos a largo plazo y analizarlos a nivel de país.
El rol de un centro como el CIAT
El constante apoyo y colaboración del CIAT es otra pieza esencial en el compromiso de ASTI en usar estos datos para facilitar desarrollo con impacto. Así lo describe Elcio P. Guimarães, CIAT:
“Siempre hemos acompañado a ASTI en su labor. Incluso durante los últimos años se ha hecho más tangible este apoyo. A futuro podemos seguir desempeñando un rol muy significativo como enlace con los países de la región ALC y llamar su atención sobre la importancia de la información recolectada y procesada por ASTI. Se trata específicamente del relacionamiento con ministerios, centros nacionales de investigación y entidades afines que claramente tienen mucho para aportar a ASTI y pueden beneficiarse de los datos que se generen y del valor agregado de su análisis.
Es muy importante dar continuidad a la recolección de los datos para que estos no pierdan vigencia y evitar perder credibilidad. En ese sentido el CIAT puede encontrar la forma para motivar a los países para que dentro de cada uno se genere un mecanismo de recolección continua de información”.
Elcio P. GuimarãesTrabajo en equipo, relacionamiento continuo y diálogo son las claves para que ASTI avance en su meta de influenciar en las acciones que contribuyan a alcanzar desarrollo y prosperidad para la región ALC y sus países.