Press and News Qué se cuece en la COP28: evaluar nuevas alternativas a los alimentos de origen animal

What’s Cooking at COP28: Assessing novel alternatives to animal-sourced foods - Alliance Bioversity International - CIAT

Una edición especial de Fronteras presenta las pruebas en torno a las ramificaciones medioambientales y de salud humana de la carne y los productos lácteos, en comparación con sus novedosas alternativas.

Los consumidores de hoy tienen acceso a alternativas cárnicas y lácteas cada vez más novedosas. Estos alimentos, que a menudo tienen el aspecto y el sabor de la carne de ganado (por ejemplo, imitando el perfil sensorial de una hamburguesa con proteína de guisante procesada), a menudo se diferencian por su menor huella medioambiental. Pero, ¿qué demuestra la ciencia?

Un informe publicado durante la conferencia sobre el clima celebrada esta semana por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) titulado "¿Qué se cuece? An assessment of the potential impacts of selected novel alternatives to conventional animal products" recopila pruebas, incluida la investigación del CGIAR de ILRI y la Alliance of Bioversity and CIAT, para avanzar en una comprensión equilibrada de cómo estas alternativas pueden ayudar a transformar los sistemas alimentarios.

La autora Ana María Loboguerrero, Directora de Investigación para la Acción Climática de la Alianza, reconoce la importancia económica, nutricional y cultural de la ganadería. Afirma que los responsables políticos deben tener en cuenta múltiples factores:

 

"Los impactos medioambientales de la producción de carne dependen de muchas variables, entre ellas el tipo de carne, los modos de producción, las prácticas de producción y la naturaleza y magnitud del apoyo de los gobiernos"

.

En resumen, la agricultura animal no debe considerarse como un sistema singular.

Sin embargo, dado que hasta el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre proceden de la ganadería, la transición a alternativas podría ofrecer beneficios climáticos, sobre todo para los grandes emisores que utilizan grandes cantidades de tierra y agua, como la carne de vacuno de producción intensiva.

El informe examina tres formas de alimentos: de origen vegetal, derivados de la fermentación o carne cultivada. Las conclusiones indican un importante potencial medioambiental. Por ejemplo, en comparación con la carne de vacuno, el informe constata reducciones de alrededor del 90% en el uso de la tierra que pueden contribuir a la conservación de la biodiversidad y los bosques. Según el informe, las nuevas alternativas pueden reportar beneficios para el bienestar animal y contribuir a la salud pública, en particular a la reducción de las enfermedades zoonóticas.

El informe destaca la importancia de tener en cuenta los distintos contextos culturales y socioeconómicos, lo que significa que la integración generalizada de estos alimentos no debería ser uniforme en todo el mundo. Por lo contrario, la adaptación regional será esencial para garantizar que la adopción de nuevas alternativas forme parte de una transición alimentaria equitativa.

A medida que proliferan normativas, incentivos, subvenciones y otros marcos en torno a este tipo de alimentos, es necesario seguir investigando para informar a los responsables políticos sobre los distintos factores que influyen en la agricultura animal y sus alternativas. Loboguerrero dice:

"La ciencia puede desempeñar un papel relevante para informar estos debates."