Mi primer Diálogo, camino a la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021

Por Erika Eliana Mosquera

Había escuchado sobre la Cumbre de sistemas alimentarios, el gran evento que está impulsando Naciones Unidas para este año. Sabía que se estaban promoviendo diálogos multiactores en diferentes países y regiones del mundo en preparación para la Cumbre, e incluso había ayudado a preparar material para promover estos diálogos en Honduras, Ethiophia y Bangladesh. Pero participar en un Diálogo en vivo fue otra cosa. Nada como la experiencia.

El pasado jueves 3 de junio de 2021 tuve la oportunidad de participar como anotadora en uno de los grupos de discusión que integraron el diálogo Sistemas Alimentarios Sostenibles: Una visión Regional, convocado por el Gobierno de Costa Rica en el ejercicio de la Presidencia Pro témpore del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), y en el que participaron representantes de los sistemas alimentarios de Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Organizaciones internacionales como la Alianza Bioversity-CIAT, la CEPAL, la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Movimiento SUN y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) colaboraron en el diseño del diálogo, la facilitación de los grupos de discusión, y la redacción del informe para la Cumbre, como grupo de apoyo a la presidencia, liderado por el Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA (PROGRESAN-SICA).

Desde agosto de 2020 venimos apoyando la organización de diálogos sobre sistemas alimentarios, que incluyen el ‘Diálogo sobre Sistemas Alimentarios y COVID-19 en Colombia’, un diálogo independiente con Bayer Crop Science para América Latina y varios diálogos nacionales y subnacionales en Honduras, y Etiopía, basándonos, en parte, en la experiencia para el análisis de sistemas alimentarios acumulada dentro del proyecto Perfiles Nacionales de Sistemas Alimentarios Sostenibles para países de ingresos bajos y medios, dentro del cual se han desarrollado talleres de discusión con distintos actores públicos y privados del sistema alimentario de Honduras, quienes participan tanto en la recopilación de datos secundarios como en la retroalimentación y validación de resultados y mensajes clave emergentes en torno al Sistema.

El entrenamiento

Para participar como anotadora, era necesario realizar previamente un entrenamiento de 2 horas que ofrecen los mismos organizadores de la Cumbre. No había leído previamente sobre este espacio de entrenamiento, así que no sabía exactamente qué me iba a encontrar, pero me animó mucho lo que hallé aquí. Me encantaría haber logrado captar mucho más de la experiencia de facilitadores con gran trayectoria que compartieron amplia y abiertamente sus aprendizajes; incluso el mismo David Nabarro, enviado especial sobre Covid-19 de la Organización Mundial de la Salud, nos acompañó durante todo el entrenamiento y compartió sus estrategias para extraer lo más sustancioso de los diálogos.

No me quedó duda de que en realidad quieren promover un diálogo abierto y escuchar las diferentes voces involucradas en los sistemas alimentarios. ¿Es un gran reto? Definitivamente sí; ¿Va a lograrse en la medida que se quiere? Probablemente no. Pero con lo que experimenté en ese entrenamiento y en el diálogo posterior, sí creo que se pueden lograr avances hacia panoramas distintos.

Por supuesto que las plataformas multiactores y los diálogos en sí mismos no son algo nuevo, ni los problemas en nuestros sistemas alimentarios – que desde antes de la pandemia ya estaban en crisis – pero hay algo que sí me pareció novedoso (al menos en este contexto) y que escuché una y otra vez tanto en el entrenamiento como en el Diálogo: la importancia que se le está dando a las emociones de las personas en estos contextos de discusión. De hecho, fue una recomendación estar más atentos a las emociones y percepciones que entran en juego durante el debate (incluyendo las divergencias y contiendas), que a hacer un listado exhaustivo de la lluvia de ideas que resultó.

El Diálogo

Ya durante el Diálogo, de los 10 grupos de discusión que se formaron, me tocó el número 1. Hubo sólo dos temas de discusión: Garantizar el acceso a alimentos saludables y nutritivos para todos y Resiliencia ante las vulnerabilidades, las conmociones y las tensiones; de manera que 5 grupos trabajaron con un tema y los demás trabajaron con el otro. Fue maravilloso encontrarme en un mismo grupo con:

  • Un representante de la sociedad civil: la Fundación Costarricense de Gastronomía (FUCOGA), que es participante del Movimiento SUN (Scaling Up Nutrition)
  • Un representante de la Universidad Central de Costa Rica, quien también hacía parte del Ministerio de Salud, con experiencia en el trabajo con comunidades indígenas y afrodescendientes.
  • Un representante de la comunidad científica: ILSI (International Life Science Institute) Mesoamérica
  • Un representante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL)

Estas fueron algunas de las acciones sugeridas por los grupos de discusión para priorizar en los próximos tres años:

  • Reconocer las soluciones que residen en la base cultural nativa de las comunidades (indígena, afrodescendiente). Sistematizar, por ejemplo, prácticas ancestrales de producción, las cuales contemplan técnicas de conservación y beneficios a largo plazo. La utilización de plantas endémicas mediante el rescate de la cocina tradicional, es otra de las vías que se pueden explorar.
  • Fortalecer, mejorar, seguir trabajando en el comercio interregional. Armonizar protocolos, normativas, todo que asegure que el flujo de alimentos no queda interrumpido en tiempos de emergencia.
  • Fomentar la agricultura familiar con prácticas sostenibles y orientación al mercado. Más del 60% de los alimentos que se consumen vienen de la agricultura familiar. Es prioritario que los suelos estén sanos y avanzar en la incorporación de prácticas sostenibles como la transición hacia lo orgánico y la producción de cultivos subutilizados (Neglected and Underutilized Species - NUS), pero con un enfoque de mercado.
  • Crear un fondo de emergencia para restaurar más rápidamente el funcionamiento del sistema alimentario cuando hay crisis.
  • Invertir en la educación de los consumidores en temas alimentarios, de manera que puedan tomar decisiones informadas.
  • Promover cambios partiendo de la gestión de emociones. Aquí interviene el componente sicológico para trabajar con toda la sociedad en una construcción colectiva que facilite la apropiación, de forma que no se perciban las soluciones como algo impuesto.
  • Trabajar en el desarrollo de habilidades para la construcción de trabajo en red, como empatía, confiabilidad, comunicación, resiliencia, tolerancia a la frustración. La falta de renovación de nuestras propias visiones, el uso de un lenguaje retórico que no se refleja en acciones, la competencia y territorialidad, o el no ser vulnerables para reconocer desaciertos y lecciones aprendidas, son algunos ejemplos de barreras que están impidiendo establecer un verdadero diálogo interdimensional y multisectorial.
  • Colaborar con estructuras e iniciativas ya existentes, como grupos interagenciales o comunidades de práctica. Se mencionó como ejemplo al Grupo Técnico de Cambio Climático y Gestión Integral de Riesgo –del Consejo Agropecuario Centroamericano–, que ha establecido una agenda de trabajo técnico y colaboración entre los países, basada en la Estrategia de agricultura sostenible adaptada al clima, aprobada por el Consejo de Ministros.
  • Invertir en investigación científica que apoya el fomento de nuevos cultivos, técnicas, estrategias productivas, de cara a los cambios ambientales a futuro. El sector académico tiene un gran potencial para generar evidencias desde una perspectiva multiregional y facilitar el intercambio de experiencias.

Mis frases preferidas de este Diálogo:

“El diálogo hace énfasis en la interdependencia de los países de la región en cuanto a la seguridad alimentaria y nutricional, y señala el potencial de las instituciones que conforman el Sistema de la Integración Centroamericana como un importante activo para la articulación de estrategias, políticas y regulaciones comunes que permitan dar coherencia a las acciones que en conjunto se pueden emprender para hacer más eficientes y sostenibles los sistemas alimentarios regionales, asegurando el acceso a alimentos inocuos y nutritivos a toda la población todo el tiempo” Álvaro José Herdocia, especialista en Sistemas de Información y Análisis, PROGRESAN-SICA.

“Los diálogos ayudan a ir flexibilizando puntos de vista de los diferentes sectores de la sociedad, y esto debe ser un proceso continuo”. Grupo de discusión del Diálogo.

“Nadie estará a salvo hasta que todos lo estemos. Sobre todo, si hablamos de una vecindad tan interconectada como lo es la región”, Vinicio Cerezo, secretario general del SICA.

“Demandamos que nuestros productores nos sigan proveyendo alimentos nutritivos, inocuos, disponibles y asequibles, pero hemos dejado de pensar en cómo lo vamos a lograr de manera sustentable para ellos en términos económicos”, Luis Renato Alvarado Rivera, ministro de Agricultura y Ganadería de Costa Rica.

“Debemos decidir: si queremos ir rápido, debemos ir solos; y si queremos ir lejos, debemos ir juntos. Necesitamos aprender unos de los otros. Por favor, intenten ir lejos y por favor, viajen juntos”, Gerda Verburg, coordinadora del movimiento SUN - Scaling Up Nutrition.

“La pandemia y también los desastres naturales en la región permiten visualizar muy claramente la necesidad de políticas, de acuerdos, de un actuar a nivel regional en reconocimiento de la interdependencia que existe con relación al movimiento de alimentos entre países”, Jennifer Wiegel, facilitadora del grupo 10 del Diálogo y líder regional para las Américas del área de investigación Entorno alimentario y comportamiento del consumidor de la Alianza Bioversity-CIAT.