Blog Los forrajes mejorados en las dietas del ganado ofrecen soluciones para reducir las emisiones del sector lechero

Una madre le da leche hervida a su hija en la aldea de Karucuranya, distrito de Nyabihu, en Ruanda.

El 1 de junio fue el Día Mundial de la Leche, un día concebido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para "reconocer la importancia de la leche como alimento mundial y celebrar el sector lácteo". No es difícil ver por qué: más de 6 mil millones de personas en todo el mundo, la mayoría de las cuales se encuentran en países en desarrollo, consumen leche y sus derivados (FAO). La leche no solo es la piedra angular de muchas culturas y dietas, sino que también se ha identificado como un superalimento con micronutrientes esenciales que pueden ayudar a combatir la desnutrición en los niños pequeños. 

Sin embargo, en muchos países en desarrollo la demanda de leche supera la oferta. La producción de leche a menudo se ve limitada por razas de ganado de baja calidad, malas prácticas de alimentación, enfermedades y, en muchas áreas, el aumento de las temperaturas está agravando los niveles de productividad que ya eran bajos. Los sistemas de mercado ineficaces que inhiben el acceso también son un problema. El rápido aumento de la población significa que la demanda de leche continúa aumentando, mientras que la presión para responder a los diversos impactos ambientales y del cambio climático del sector lácteo también está en aumento.

Bajo su nuevo portafolio de investigación lanzada este año, CGIAR ha diseñado dos iniciativas que buscan abordar algunos de estos desafíos: Ganadería, Clima y Sistemas Resilientes (LCSR por sus siglas en inglés) y Productividad Animal Sostenible para Medios de Vida, Nutrición e Inclusión de Género (SAPLING en inglés). Las tecnologías probadas en las áreas de genética animal, salud del rebaño y alimentos y forrajes se están agrupando en una línea de innovaciones para pequeños agricultores que están tanto impulsadas por la demanda como orientadas a los resultados. El objetivo es revitalizar los sistemas alimentarios basados en la ganadería en economías emergentes para que puedan satisfacer sus necesidades nacionales de seguridad alimentaria, nutricional y de subsistencia.

El componente de forrajes de estas dos iniciativas está diseñado para mejorar la productividad ganadera, al tiempo que reduce su impacto en las emisiones y el medio ambiente. Parte de los esfuerzos incluyen la introducción de variedades de forraje y actividades que pueden ayudar a diversificar las dietas del ganado de su dependencia excesiva de pasturas silvestres y residuos de cultivos. 

Muchas variedades de forraje han sido desarrolladas, probadas y adoptadas, mientras que otras aún están en fase de prueba. Los híbridos de Brachiaria (Mulato II, Cobra y Cayman) y cultivares como Toledo (B.  brizantha CIAT 26110), que los agricultores consideran “pastos maravillosos” debido a su capacidad comprobada para impulsar la producción de leche. Un estudio realizado por la Alianza de Bioversity International y CIAT en el oeste de Kenia mostró que alimentar a una vaca lechera con Panicum maximum cv. Massai da como resultado un aumento del 31% en la producción diaria de leche. 

Investigadores miden y pesan pasturas en ensayos de campo para identificar variedades de forrajes apropiados para el ganado, junto con la Organización de Investigación Agrícola y Ganadera de Kenia (KALRO). Foto Alianza de Bioversity International y CIAT/Georgina Smith

Investigadores miden y pesan pasturas en ensayos de campo para identificar variedades de forrajes apropiados para el ganado, junto con la Organización de Investigación Agrícola y Ganadera de Kenia (KALRO). Foto Alianza de Bioversity International y CIAT/Georgina Smith

Además de una mayor productividad, los forrajes tienen beneficios multifacéticos en el medio ambiente. Son importantes estabilizadores del suelo, ayudan en la retención de agua y la actividad microbiana, y contribuyen al secuestro de carbono. Varios resultados de investigación de la Alianza relacionados con los cobeneficios ambientales de los forrajes muestran una reducción de la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en la producción de un litro de leche como resultado de una alimentación mejorada. Esto es un paso tangible en la transformación del sector lechero a cero emisiones netas.

Dato científico: los animales que consumen menos energía producen menos desechos en forma de metano.

Dato científico: los animales que consumen menos energía producen menos desechos en forma de metano.

Los sistemas de producción ganadera que incluyen forrajes mejorados pueden producir una multitud de beneficios, tanto en productividad como en impactos ambientales y de cambio climático. (Fuente: Programa de Investigación de CGIAR en Ganadería [CRP Livestock], 2021)

Debido a los altos niveles de fibras fácilmente digeribles en las pasturas mejoradas, los procesos de digestión y absorción toman menos tiempo, lo que deja menos espacio para las emisiones de metano. 

Un sector lechero con cero emisiones netas comienza en la producción y proporciona numerosos beneficios a lo largo de la cadena de valor. Pequeñas mejoras, como proporcionar alimentación adecuada al ganado, pueden contribuir con el tiempo a grandes cambios. La amplia aceptación y adopción de tecnologías mejoradas es clave en el proceso de transformación del sector, para que podamos celebrar el día mundial de la leche todos los días.

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