Financiar la adaptación de la agricultura a un mundo cada vez más cálido
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Pedro Chilambe es especialista en Gestión de Riesgos Climáticos y lidera el equipo de investigación de Financiación Climática y Servicios Digitales para la Agricultura en la Alianza de Bioversity International y el CIAT. Su trabajo se centra en apoyar a los gobiernos africanos para acceder a fondos para el fortalecimiento de competencias, así como en desarrollar propuestas de financiación climática para aumentar la resiliencia agrícola en África oriental y meridional.
Pedro Chilambe no empezó trabajando en el área del cambio climático. "Yo estaba en el otro lado", se ríe, hablando sobre su primera licenciatura en ingeniería de petróleos. Sin embargo, el científico mozambiqueño creció en el seno de una familia de diplomáticos que vivieron por todo el mundo; uno de esos destinos, Malawi, le dejó una huella especialmente profunda. "Allí la cultura gira en torno a la agricultura, sobre todo al cultivo del maíz", explica. "Todo el mundo tiene un campo de maíz, incluso en medio de la ciudad. Fue la primera vez que empecé a comprender lo importante que era la agricultura para la vida de la gente".
Desde entonces, Chilambe ha combinado este aprecio por la agricultura con un antiguo interés por las finanzas para forjar una carrera centrada en aprovechar el poder de la financiación climática para mejorar la vida de los pequeños agricultores africanos. Entre otras experiencias, ha trabajado con el Programa Mundial de Alimentos para poner en marcha el primer proyecto del Fondo Verde para el Clima de Mozambique, y ha desarrollado una herramienta de financiación del riesgo agrícola en Angola. En Zambia, Chilambe trabajó en un programa de televisión llamado Munda Makeover, que utiliza el entretenimiento para enseñar a los agricultores conocimientos financieros y prácticas agrícolas climáticamente inteligentes. "La cantidad de innovaciones en el ámbito climático me atrajo mucho", afirma. "Ha sido una gran experiencia".
Ahora, con la Iniciativa del CGIAR sobre Resiliencia Climática (ClimBeR), el papel de Chilambe es ayudar a los gobiernos africanos a acceder a 30 millones de dólares destinados a la adaptación climática mediante el desarrollo de planes de inversión agrícola climáticamente inteligentes. Estos planes identifican modelos de negocio y proyectos específicos que ayudarían a mitigar el riesgo climático y a promover la adaptación dentro de las cadenas de valor agrícolas de un país concreto. Posteriormente, elaboran un caso de inversión y un plan de ejecución, diseñados para atraer inversiones sostenibles de los sectores público y privado.
Los planes de inversión de este tipo crean un entorno propicio para acortar la distancia entre los proyectos locales y los inversores, explica Chilambe, ayudando a ampliar el acceso a herramientas y tecnologías con potencial para hacer a los agricultores más resistentes al aumento de las temperaturas. Un ejemplo son las bolsas herméticas para el almacenamiento de grano a largo plazo, una idea empresarial que, con más inversión, reduciría las pérdidas postcosecha, proporcionaría un suministro de alimentos más estable e, incluso, ayudaría a los agricultores a aprovechar su grano almacenado para acceder a financiación: "Estos paquetes de inversión dan a los agricultores acceso a elementos que les ayudan a ser más resistentes", afirma. "En lugar de ser un proyecto gubernamental o una actividad humanitaria, se convierte en algo en lo que los bancos pueden invertir. El sector privado puede entonces asumirlo como negocio, lo que ayuda a que este tipo de tecnología sea más sostenible a largo plazo".
Chilambe está desarrollando actualmente una herramienta de puntuación de créditos climáticos con una fintech llamada Lend XS. La herramienta pretende evaluar los riesgos climáticos y la capacidad de adaptación de los agricultores, lo que permitirá a las instituciones financieras evaluar mejor los riesgos de los préstamos agrícolas y, en última instancia, ofrecer a los agricultores mejor adaptados un mayor acceso a la financiación. Chilambe explica que esto debería incentivar a los agricultores a adoptar prácticas climáticamente inteligentes, al tiempo que proporciona a los prestamistas la información que necesitan para tomar decisiones informadas sobre el sector y fijar el precio de sus productos de forma más realista.
Una consideración importante para cualquier proyecto de adaptación al cambio climático son sus implicaciones transfronterizas, uno de los principales objetivos de la planificación de inversiones en seguridad climática: "Esto es algo que muchos proyectos de financiación climática no han tenido en cuenta: la forma en que una determinada medida se adelante en un país puede llevar a una mala adaptación en su vecino", dice Chilambe. Un ejemplo es una represa, que puede hacer que una comunidad reciba más agua mientras que otra, al otro lado de la frontera, reciba menos. Esto puede provocar migraciones y, a menudo, conflictos. Chilambe y su equipo trabajan actualmente en propuestas dirigidas al grupo de Karamoja –entre Uganda, Sudán del Sur y Etiopía–, donde la migración entre comunidades vulnerables al clima ha desembocado a menudo en violencia.
"Hay mucha migración debido al cambio climático, así que va a ser muy importante abordarlo", explica. "Hay que diseñar los proyectos de forma que beneficien a más comunidades, y si hay una comunidad que va a recibir migrantes, hay que asegurarse de que hay un mecanismo para acogerlos".
Es igualmente importante garantizar que el mayor número posible de estos proyectos estén liderados por los gobiernos nacionales y locales.

"Estoy muy a favor de la adaptación climática dirigida a nivel local", subraya Chilambe. "Al fin y al cabo, los gobiernos locales tienen que tener la propiedad absoluta de estos proyectos, y tenemos que proporcionarles apoyo para que puedan acceder a estos fondos por sí mismos. El gobierno tiene la red más amplia que se puede utilizar para llegar a los agricultores; si pueden crear modelos de negocio que les den acceso directo a la financiación y a la implementación, eso aportaría mucho valor a los agricultores, a las PYME y a las estructuras de gobierno local que están impulsando la adaptación climática."
"Lo importante es que las personas que viven los retos del cambio climático sean las que aporten estas soluciones", añade. "Eso es lo que estamos financiando".
