Press and News Subvención de US$2,1 millones para “minería” de nuevos rasgos de yuca

La Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) ha recibido una subvención de US$2,1 millones de la Fundación Bill & Melinda Gates para un proyecto de minería de alelos en el cultivo básico de la yuca, lo cual dará lugar al descubrimiento de rasgos que ayudarán a desarrollar variedades mejor adaptadas a los cambios del clima. 

Por Andrew Wight

Con tolerancia a la sequía y un alto contenido de almidón, la yuca es un cultivo importante en África, Asia y América Latina y, de acuerdo con el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), es fundamental para la sobrevivencia de más de 800 millones de personas de los países en desarrollo.

Xiaofei Zhang, investigador y líder de mejoramiento de yuca de la Alianza, indica que las colecciones genéticas agrícolas del mundo contienen miles de ejemplares de diferentes variedades (incluidas variedades locales, que son aquellas que han sido desarrolladas por los agricultores a lo largo de cientos, o incluso miles de años) y que su diversidad genética podría ser la clave para acceder a rasgos que necesitan los agricultores para adaptarse al cambio climático.   

La Alianza cuenta con 5959 accesiones (ejemplares distintos) de yuca en sus bancos de germoplasma, que constituyen una biblioteca gigante de ejemplares de plantas e incluyen datos sobre su genética y también información geoespacial, es decir, datos en función del tiempo que se relacionan con una localidad específica en la superficie de la Tierra. De ellas, 4951 son variedades locales y 3174 cuentan con datos geoespaciales. 

Los alelos, es decir, cualquiera de las dos o más versiones de la secuencia de ADN contenida en los genes en un lugar específico de un cromosoma, constituyen variaciones dentro de una especie y entre especies que pueden ser utilizadas para predecir el comportamiento que podrían expresar en el campo. 

“Dada la diversidad existente en el banco de germoplasma, aún podría haber alelos que no han sido identificados en los últimos 50 años”, comenta Zhang. 

“La clave de este método en el proyecto es la minería (o identificación) de los alelos que se encuentran en el banco de germoplasma, lo cual nos brinda nuevas fuentes con las que podemos trabajar para desarrollar nuevas variedades para un clima cambiante.”  

Zhang explicó que, dado que el fenotipado (es decir, el descubrimiento de qué rasgos se expresan a raíz de cuál combinación de genes) es costoso y que no se puede tener los miles de ejemplares en el campo, la minería de alelos con los datos disponibles es una gran herramienta para utilizar con el fin de ahorrar tiempo y dinero.   

“Se puede reducir la población a unas cuantas accesiones a elección, luego empezar a cruzarlas con las variedades comerciales existentes”, comentó, agregando que la idea es buscar los rasgos deseados que puedan surgir de, por ejemplo, variedades locales provenientes de ambientes que ya son calurosos y secos.

Mónica Carvajal, investigadora del banco de germoplasma del CIAT que trabaja en el proyecto de yuca, manifiesta que la actual primera fase consiste en utilizar la información geoespacial de las variedades locales que se conservan en la Alianza, con el fin de extraer la información climática histórica de esos sitios y llevar a cabo un mapeo asociativo del genoma y el medio ambiente con los datos genómicos disponibles.

“Poseemos estos dos conjuntos de datos y este enfoque es más rápido y económico, pues con él se evita llevar miles de ejemplares al campo para encontrar dichos alelos”

comentó Carvajal, agregando que esto es importante, pues el desarrollo de una nueva variedad de yuca puede tomar hasta 7 años, hasta llegar al agricultor en el campo. 

“Nos encontramos en nuestro primer año, curando los datos de geolocalización y los datos genómicos, haciendo el análisis, y esperamos identificar algunos buenos candidatos, para que así podamos pasar la información al programa de mejoramiento de yuca”, indicó Carvajal.