Informe Anual 2020 La edición génica puede contribuir a obtener cultivos inocuos y productivos para nuestros sistemas alimentarios

Junto con proteger la biodiversidad y los recursos naturales, la edición de genes de cultivos nos ayudará a garantizar una mayor seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos 

Imaginen que la contaminación de cadmio de las cosechas de arroz o los granos de cacao, que ocurre de manera natural a partir de los suelos donde se cultivan, pudiera apagarse como una bombilla eléctrica. Esto podría proteger a millones de personas de la exposición a metales pesados y abrir mercados para productores, cuyo cacao potencialmente contaminado enfrenta cada vez más rechazo de parte de compradores internacionales. Una edición relativamente simple de los genes del arroz o del árbol de cacao cuenta con el potencial de hacer eso. 

En las décadas que tengo de desempeñarme en investigación biotecnológica en CGIAR (mi primera etapa en el Centro Internacional de Agricultura Tropical inició en 1992), he sido testigo de un enorme cambio en nuestra capacidad de comprender la genética de nuestros cultivos alimentarios. Ahora podemos localizar y trabajar con los genes responsables de la productividad, protección contra plagas y producción de alimentos saludables.  

Hace unas décadas, esto no era más que un sueño. Hoy en día, tengo confianza en que la edición génica será una de las herramientas clave que tenemos para desarrollar cultivos más inocuos y más productivos que puedan distribuirse lo antes posible y así dar respuesta al rápido cambio climático, surgimiento de enfermedades y desafíos de la productividad. La transformación de los sistemas alimentarios necesitará de esta tecnología para prosperar. 

Desafortunadamente, vivimos en una época muy polarizada y esto aplica a las perspectivas y normas concernientes a la función que puede desempeñar la ciencia de vanguardia para poner fin al hambre y la desnutrición. Como nos demostró Colombia el año pasado, los cultivos con genes editados pueden constituir una parte útil en el desarrollo de un mejor sistema alimentario. 

Confío en que la edición génica, en particular la tecnología CRISPR, obtendrá más apoyo en los próximos años. También creo en que la modificación genética logrará una mayor aceptación, una vez se comprenda que es segura para los seres humanos y los ecosistemas.  

Necesitamos mayor transparencia en la forma en que desarrollamos y explicamos el poder e inocuidad de la edición génica en los cultivos. Al trabajar dentro de los confines de un solo organismo, o en variedades de especies relacionadas, estamos utilizando lo que la naturaleza nos proporciona para mejorar los cultivos con mayor eficiencia y menores costos. A juzgar por la participación de todo CGIAR en incluir la transformación genética en la agenda de Un CGIAR, sé que muchos colegas comparten la misma creencia. 

Simultáneamente, es necesario que reconozcamos el gran valor de la biodiversidad agrícola y no permitamos que nuevas variedades reemplacen las ancestrales que son tan importantes para un futuro sin hambre. La biotecnología constituye solo una parte de una solución multifacética para hacer que nuestros sistemas alimentarios sean más justos, saludables y equitativos en esta época de grandes desafíos sin precedentes. 

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