Sensor de humedad de suelo de bajo costo gana concurso de soluciones tecnológicas

Con el alarmante aumento de la población mundial y los cambios repentinos en la temperatura a causa del cambio climático, en la actualidad la agricultura presenta desafíos que serán determinantes para el futuro alimentario de la humanidad.

Según cifras de la ONU, se estima que para el año 2080, habrá 10.400 millones de habitantes, un número elevado que implicará el aumento en la demanda de produción de alimentos. Por otro lado, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), advirtió que para el año 2030 la temperatura de la tierra aumentará 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales. El impacto del cambio climático sumado a la poca diponibilidad de recursos naturales que habrá para ese entonces, presenta un riesgo para la agricultura y la seguridad alimentaria. Es por esto, que se están implementando estrategias para hacer uso de esos recursos de manera eficiente, logrando así, sistemas de producción que se adapten a las necesidades del contexto actual y sean resilientes al cambio climático y otros factores decisivos en la producción.

América Latina y el Caribe representan el 14% de la producción mundial de alimentos y el 45% del comercio internacional neto de productos agroalimentarios, convirtiéndose en actores claves para garantizar la seguridad alimentaria en el planeta durante los próximos años. Gran porcentaje de la agricultura de la región, es sostenida gracias a pequeños y medianos agricultores, quienes en el futuro no estarán en capacidad de satisfacer la gran demanda de alimentos que se prevé. Sin embargo, a pesar de la importancia de estos actores, muchos de ellos presentan acceso limitado a las tecnologías y al conocimiento necesario para su adopción; así mismo, la mayoría de las tecnologías parecen no estar dirigidas hacia este nicho.

La variabilidad en las precipitaciones, asociadas al cambio climático, es uno de los factores que disminuye significativamente el rendimiento de los cultivos. El exceso o la falta de estas, provoca daños y pérdidas en la cosechas que pueden ser ocasionadas por el aumento de lluvias torrenciales o las altas temperaturas ligadas al calentamiento global. Ante este panorama, el uso de la tecnología en la agricultura puede brindar información que contribuya en la toma de decisiones relevantes para el cultivo, como definir periodos de siembra, aplicación de prácticas de conservación de humedad en el suelo, optimización del uso del agua de riego, entre otros.

Como parte de esto, el proyecto “Digitalización de la agricultura de pequeña escala”, tiene por objetivo desarrollar una herramienta tecnológica que permita medir la humedad del suelo en los cultivos a un bajo costo. Esta propuesta, desarrollada mediante un proyecto de cooperación entre tres países Honduras, Colombia y Nicaragua, está siendo implementada en campo en las regiones y busca beneficiar a los pequeños y medianos agricultores, maximizando la producción a través de la tecnología mientras se optimiza el uso del agua. 
 

Agricultura, tecnología e inclusión

El proyecto fue desarrollado a través de una metodología participativa, en la cual se trabajó en conjunto con los agricultores en las actividades de diseño de los prototipos, la instalación en campo, y la recolección y visualización creativa de los datos. Finalmente, se llegó al diseño de un dispositivo de medición de la humedad del suelo de alta usabilidad y que se encuentra  en periodo piloto en fincas de productores en los tres países participantes.

El sensor de humedad de suelo es un dispositivo que mide y almacena los datos de contenido volumétrico de agua disponible en  el suelo, y su sistema de energía es capaz de funcionar de manera autónoma por hasta 6 meses en campo sin ser recargado o necesitar de conectividad remota. En el mercado, esta herramienta puede llegar a costar hasta $ 2.000 USD, gracias a este proyecto, podría reducir sus costos en un 90%, con un valor final de entre $150USD y $200 USD.

Este proyecto fue financiado por FONTAGRO, un mecanismo de cofinanciamiento sostenible para el desarrollo de tecnología agropecuaria en América Latina, el Caribe y España; y su ejecución se llevó a cabo por la Universidad Zamorano de Honduras, la empresa de tecnología para agricultura Visualiti SAS y la Alianza de Bioversity International y el CIAT. 

“Para nuestra empresa, este proyecto ha representado un gran reto que genera crecimiento para todos los involucrados y por eso animamos a otras empresas AgTech a trabajar en la generación de soluciones tecnológicas  simples para los retos complejos de la agroindustria, con enfoque en la eficiencia, la calidad y el uso responsable de recursos naturales, para transformar nuestras comunidades y ecosistemas en territorios sostenibles y prósperos”, Oriana Gómez, CEO de Visualiti SAS.

Objetivos de desarrollo sostenible

Como producto del trabajo y su impacto en los sistemas productivos de pequeña escala, el proyecto resultó ganador del concurso regional “soluciones tecnológicas de bajo costo y/o basadas en recursos locales” que organiza la Plataforma de Acción Climática en Agricultura de Latinoamérica y el Caribe (PLACA). Los ganadores recibieron un reconocimiento por su labor y becas de estudio para realizar cursos o diplomados en temas vinculados a agricultura y cambio climático.

“Cuando iniciamos el proyecto nos propusimos que la solución tecnológica fuera robusta, de bajo costo y alta usabilidad. Recibir el premio en la categoría de adaptación confirma que estamos haciendo las cosas bien, y que nuestra solución tecnológica es una versión de las tecnologías existentes, pero desarrollada con y para los agricultores de pequeña y mediana escala. Queríamos lograr una agricultura 4.0 más incluyente, y este proyecto es definitivamente una de las rutas para lograrlo”, afirma Luis Sandoval Zamorano, líder del proyecto.

El proyecto “digitalización de la agricultura de pequeña escala”, ejecutado desde la Alianza de Bioversity International y el CIAT por el investigador Luis Armando Muñoz y el equipo de Transformación Digital de Sistemas Agroalimentarios, beneficiará a 600 pequeños agricultores de la región, capacitándolos en el uso de la tecnología y permitiendo cerrar la brecha tecnológica en la agricultura.