Sembrando un futuro sostenible: Taller en agricultura regenerativa para productores de cebada en Tibasosa
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En medio de los paisajes montañosos y el aire fresco del municipio de Tibasosa, ubicado en el centro del departamento de Boyacá, se llevó a cabo el primer taller participativo sobre agricultura regenerativa, dirigido a un grupo de técnicos de la empresa Bavaria que brindan asistencia a los productores de cebada que proveen a la multinacional cervecera Bavaria. El encuentro (desarrollado por el equipo de investigación sobre 'Paisajes Multifuncionales' de la Alianza de Bioversity International y el CIAT) marcó el inicio de una colaboración estratégica que busca transformar la producción agrícola, garantizar la sostenibilidad de los cultivos de cebada y preservar los servicios ecosistémicos a largo plazo.
Por Sandra Durango
La agricultura regenerativa - enfocada en restaurar, regenerar y revitalizar los ecosistemas agrícolas - se presentó como una solución a los desafíos ambientales que enfrenta el sector agropecuario. Los asistentes se adentraron en conceptos claves que resaltan la importancia de cuidar la tierra. La cebada, un cultivo vital para la industria cervecera del país, se convirtió en el protagonista de esta narrativa, demostrando cómo las prácticas sostenibles pueden transformar su producción. Durante el taller, los participantes aprendieron a gestionar el recurso hídrico, a enriquecer el suelo y a cuidar la biodiversidad en un esfuerzo conjunto para mitigar los impactos del cambio climático.
Agricultura regenerativa: hacia una producción agrícola responsable
Durante el inicio del taller, adelantado en el Centro de Investigación y Desarrollo “Valle de Iraca” (propiedad de Bavaria) se estableció un diálogo sobre la agricultura regenerativa. Los productores de cebada entendieron que este enfoque se basa en que los sistemas agrícolas pueden ser diseñados para trabajar en armonía con la naturaleza. En lugar de ver el cultivo como un simple proceso de extracción de recursos, este método promueve una visión más holística en la que no solo se satisfacen las necesidades actuales, sino también se asegura un futuro viable para las próximas generaciones.

A lo largo de la capacitación los participantes exploraron los tres pilares fundamentales de esta filosofía: el suelo, el agua y la biodiversidad, y cómo administrar ese capital natural que se relaciona con la producción agropecuaria y es crucial para mantener un agroecosistema más resiliente. Estos conocimientos fueron otorgados a los técnicos para que ellos, a su vez, compartan su aprendizaje con las familias productoras a las que brindan asistencia. De esta forma, la cebada se redefine como un cultivo en el que su producción y la salud del ecosistema coexisten, lo que beneficia tanto a la comunidad como al medio ambiente.
Los pilares de la agricultura regenerativa: suelo, agua y biodiversidad
Los técnicos se embarcaron en un recorrido práctico a través de las tres estaciones claves del taller: el suelo, el agua y la biodiversidad. Cada estación abordó de forma interactiva los principios, las técnicas y las prácticas sostenibles que permiten fortalecer los elementos de la agricultura regenerativa, vinculándolos directamente con el cultivo de cebada.
Estación del suelo: La base de la vida agrícola
El primer punto de enfoque fue el suelo: el cimiento de cualquier sistema agrícola. En esta estación, los productores conocieron de primera mano las condiciones de los suelos en sus propios cultivos y cómo las prácticas regenerativas pueden mejorar su salud. Se destacó la importancia de evitar la degradación del suelo, que muchas veces es causada por el uso excesivo de químicos y prácticas tradicionales que agotan los nutrientes.
La reducción de la labranza, los cultivos de cobertura y la incorporación de materia orgánica fueron los pilares del aprendizaje. Los técnicos aprendieron que un suelo sano, rico en microorganismos y en macrofauna no solo aumenta la productividad del cultivo de cebada, sino que también mejora la capacidad del terreno para resistir condiciones climáticas extremas. Este enfoque asegura la viabilidad del cultivo a largo plazo y reduce la dependencia de insumos externos, lo que a su vez mejora los márgenes de ganancia de los agricultores.
Estación del agua: El recurso más valioso
La segunda parada fue la estación dedicada al agua, donde se abordó la necesidad urgente de mejorar la gestión de los recursos hídricos en la agricultura. En una región como Boyacá, donde las variaciones climáticas pueden afectar la disponibilidad de agua, los productores de cebada aprendieron algunas técnicas para maximizar su eficiencia.
Se discutieron prácticas como la captación de agua de lluvia, las zanjas de infiltración y los sistemas de riego eficientes que ayudan a reducir el desperdicio de agua. Además, se habló de la importancia de los suelos con capacidad de retención, que permiten almacenar agua durante más tiempo y mejorar el rendimiento del cultivo en épocas de escasez. Los productores también exploraron la forma en que estos enfoques ayudan a proteger las fuentes de agua locales y aseguran que el uso de este recurso sea lo más sostenible posible.
Estación de la biodiversidad: Fauna y flora para un ecosistema sano
En la última estación, el tema fue la biodiversidad, un componente clave que muchas veces se pasa por alto en la agricultura convencional. Los asistentes comprendieron que aumentar la diversidad en el cultivo no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también refuerza el sistema agrícola contra plagas y enfermedades, lo que reduce la necesidad de pesticidas químicos. Por ejemplo, se realizó la identificación de insectos benéficos e insectos plaga a través de la construcción de trampas cromáticas en los cultivos de cebada.
Además, se enfatizó en la implementación de sistemas agroforestales, la rotación de cultivos, policultivos y cultivos de cobertura para proporcionar refugio a diversas especies, como las aves y los anfibios. También se abordó la importancia de la conservación de la flora nativa para atraer a los polinizadores y la incorporación de áreas con vegetación natural para la fauna silvestre que contribuyen a crear un ecosistema agrícola más equilibrado.

Bioinsumos: Fertilizantes y plaguicidas orgánicos para fortalecer el suelo
La siguiente etapa de la capacitación - brindada por la Alianza - se centró en la elaboración de bioinsumos: una práctica esencial en la agricultura regenerativa que permite a los productores de cebada crear sus propios fertilizantes y plaguicidas a partir de recursos naturales. Durante esta sección, los asistentes aprendieron a transformar residuos orgánicos, como los restos de cosechas y el estiércol bovino, en productos útiles para enriquecer el suelo y proteger los cultivos de las plagas.
A través de una demostración práctica, los productores de Bavaria se familiarizaron con los procesos de preparación de biofertilizantes líquidos que aprovechan a los microorganismos benéficos para nutrir los cultivos y mejorar la fertilidad del suelo. Además, se subrayó cómo el uso de bioinsumos puede reducir la dependencia de químicos sintéticos, minimizando los costos y el impacto medioambiental, al mismo tiempo que se genera un ciclo de producción más sostenible.












Co-diseño: Construyendo soluciones conjuntas
La última etapa del taller se concentró en el co-diseño: una metodología que promueve la colaboración entre productores, técnicos y expertos para desarrollar soluciones a la medida de las necesidades del contexto agrícola local. A través de dinámicas de trabajo en grupo, los asistentes identificaron desafíos comunes en la producción de cebada y comenzaron a idear estrategias innovadoras que integran los principios de la agricultura regenerativa.
A medida que los grupos presentaban sus ideas, se evidenció el potencial de aplicar las prácticas regenerativas en primera instancia en el centro de investigación Valle de IRACA, asegurándose de que las soluciones propuestas fueran sostenibles en el corto, medio y largo plazo. Este enfoque les dio voz activa a los participantes en la toma de decisiones sobre la gestión del suelo, el agua y la biodiversidad, y fomentó una mayor apropiación de las prácticas agrícolas regenerativas en las condiciones locales.


Conclusión: Alianzas estratégicas para la sostenibilidad agrícola
El taller en agricultura regenerativa en Tibasosa fue un espacio de aprendizaje y un ejemplo de cómo la colaboración entre el sector privado y los centros de investigación puede generar un impacto en la producción agrícola. El trabajo entre Bavaria y la Alianza se constituye como un modelo de cooperación que combina el conocimiento científico con la experiencia de los productores, lo que genera soluciones adaptadas a las realidades del campo colombiano.
"Es la primera vez que en el Valle la Iraca se están implementando prácticas regenerativas. Este ejercicio que hace la Alianza es muy interesante. Ojalá en un par de años tengamos buenos resultados” comentó Diego Márquez, Coordinador de Investigación y Desarrollo de Bavaria. Esta colaboración es el primer paso de un trabajo a largo plazo, que continuará con nuevas jornadas de capacitación. La relación entre Bavaria y la Alianza se fortalece bajo el compromiso de brindar herramientas para que los técnicos puedan apoyar a los productores hacia la transición a prácticas regenerativas, lo que garantiza que este esfuerzo se traduzca en resultados sostenibles para el futuro del cultivo de cebada en Boyacá y en Colombia.
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