Blog Científicos viajan a buscar nuevas poblaciones de fríjoles en Nuevo México

Por: Luisa Giraldo 

Para el futuro, cada vez más incierto, necesitamos alimentos que puedan soportar las altas temperaturas que vienen con el cambio climático, y afortunadamente tenemos una gran oportunidad con uno de los cultivos que los pueblos precolombinos nos dejaron como herencia: el fríjol. Originario de las Américas, existen variedades de fríjol que evolucionaron en zonas desérticas de México y Estados Unidos, lo que las hace naturalmente resistentes a la sequía y las altas temperaturas. Una de estas especies es el Phaseolus acutifolius, conocido vulgarmente como fríjol Tepari y es clave, ya que se ha usado en procesos de mejoramiento en los que se espera conseguir variedades comerciales resistentes a sequía y altas temperaturas.

Sin embargo, y muy a pesar de que la naturaleza nos esté dando las soluciones, solo algunas personas están escuchándola y esforzándose por implementar estos recursos en nuestra vida cotidiana. Daniel Debouck, científico de formación y frijolero de corazón, es una de las personas que ha estado escuchando atentamente desde hace más de 40 años. Consciente de que estamos en una carrera contra el tiempo debido a la desaparición de hábitat de fríjol Tepari Debouck irá en una expedición a Nuevo México junto con Marcela Santaella, Luis Guillermo Santos y Milan Urban, un selecto equipo de expertos en fríjol y conservación de los recursos genéticos, para encontrar poblaciones de este fríjol Tepari en su forma silvestre antes de que sea demasiado tarde.  

La expedición tendrá una duración de dos semanas y diez días, en las cuales se estima identificar aproximadamente 30 poblaciones de diferentes sectores áridos y desérticos al sur de Nuevo México. Una vez obtenidas las muestras de semillas bajo el abrasador sol desértico, se van a transportar al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), para que sean multiplicadas y protegidas en el banco de recursos genéticos de su país de origen, así como disponibles a usuarios en todo el mundo.

Debouck y su equipo hacen parte de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, un lugar dedicado a fomentar una visión integral y dinámica de la agricultura, abordando el sistema alimentario en su conjunto y agilizando la generación de impacto para un futuro sin hambre que proteja y mejore la calidad de vida de las personas y la naturaleza. Una de las estrategias de la Alianza para cumplir su visión es el de velar por la conservación de la diversidad de los cultivos y esto se realiza en Semillas del Futuro, un banco de germoplasma donde se conservan las colecciones más grandes de fríjol, yuca y forrajes tropicales (67.000 variedades) y del cual, Daniel Debouck, fue director más de 20 años. Esta vez irá como formador, brindando su experiencia para asesorar y guiar el proceso de esta colecta.  

Para el incierto futuro, necesitamos fuentes de variación genética con las cuales podamos mejorar nuestros cultivos, de modo que tengan las características necesarias para afrontar los cambios ambientales que se vienen. Esta es la primera de 2 salidas de campo que se van a realizar junto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) para encontrar las fuentes de resistencia a sequía y altas temperaturas.  

La humanidad avanza, a veces a tropiezos y la naturaleza, una vez más, nos da la mano para ayudarnos a continuar hacia un futuro sin hambre para todos. Ahora más que nunca es el momento de escuchar e impulsar la cooperación científica para garantizar el éxito de estos proyectos.