La biofortificación gana terreno en África
Research ArticlesLa biofortificación, o el mejoramiento genético de los cultivos para conferirles un mayor valor nutricional, es un esfuerzo que nació en 1994 bajo el liderazgo de Howdy Bouis, laureado con el Premio Mundial de la Alimentación.
La biofortificación busca abordar las deficiencias de micronutrientes, o “el hambre oculta”, mejorando los cultivos mediante la incorporación de una mayor concentración de nutrientes esenciales como el hierro, el zinc y la vitamina A en alimentos que las personas consumen a diario. Los cultivos biofortificados complementan otras estrategias como los suplementos o la fortificación industrial, y llegan a una parte de la población mundial de escasos recursos que a menudo no cuenta con otras opciones para lograr una mejor nutrición. La biofortificación eventualmente se consolidó como el programa HarvestPlus de los centros internacionales de CGIAR para la investigación agrícola. Desde 1994, se han desarrollado y liberado docenas de variedades biofortificadas en cuatro continentes, ayudando así a millones de consumidores desfavorecidos a satisfacer sus necesidades nutricionales. En especial en África, los formuladores de políticas han prestado atención y consideran que la biofortificación es un componente esencial para lograr una mejor nutrición, en particular para los grupos vulnerables. Como resultado, seis gobiernos nacionales han incluido la biofortificación como una herramienta clave dentro de sus políticas nacionales de seguridad alimentaria y nutricional. Kenia, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue han asumido el compromiso de promover los cultivos biofortificados, y ASARECA (Asociación para el Fortalecimiento de la Investigación Agrícola en África Oriental y Central) también incluye la biofortificación como parte de su estrategia. La batata de pulpa naranja con altos niveles de provitamina A también se consume ampliamente en países como Mozambique y Uganda,1, 2, 3 mientras que los fríjoles biofortificados liberados en Ruanda se difunden hacia países vecinos como Uganda, RP Congo, Burundí, Tanzania y Zimbabue. El Banco Africano de Desarrollo (AfDB) se ha unido y ha incluido la batata de pulpa naranja y los fríjoles ricos en hierro como parte del proyecto “Tecnologías para la Transformación Agrícola Africana” (TAAT, por sus siglas en inglés) en Burundí, RD Congo, Kenia, Malaui, Ruanda, Tanzania, Uganda y Zimbabue. Dentro de tres años, más de 2 millones de hogares tendrán acceso a semilla de fríjol rico en hierro y tecnologías y productos complementarios y los usarán para mejorar su alimentación, nutrición y seguridad económica. Por su parte, el Banco Mundial, a través de su apoyo al proyecto ECAAT (Transformación Agrícola de África Oriental y Central), también ha expresado interés en apoyar a gobiernos, al sector privado y productores para crear una cadena de valor dinámica de Fríjol Rico en Hierro (HIB, por sus siglas en inglés). Los cultivos biofortificados de maíz y yuca le siguen muy de cerca. ¿Por qué los formuladores de políticas están convencidos de las bondades de los cultivos biofortificados? Porque los científicos especialistas en nutrición han demostrado que realmente funcionan. En estudios llevados a cabo en África, el consumo de batata con vitamina A incrementó las reservas corporales de vitamina A,4 y el fríjol rico en hierro mejoró los niveles de hemoglobina5 e incluso la agilidad mental entre las jóvenes de Ruanda.6 No obstante, todavía hay mucho por hacer. El cambio climático amenaza con deshacer lo que se ha logrado hasta ahora, y una población en expansión demanda variedades más productivas para mantener el ritmo con el crecimiento demográfico. Los fitomejoradores enfrentan retos abrumadores para mantener los avances en mejoramiento logrados hasta ahora y combinar la ganancia en valor nutricional con otros rasgos preferidos por los consumidores y de resiliencia al clima. “Los fitomejoradores tienen un rol importante en alimentar al mundo”, dice Steve Beebe, fitomejorador y líder del Programa de Fríjol del CIAT, “y alimentar al mundo con cultivos que sean más nutritivos. Para lidiar con el cambio climático, tenemos que correr para apenas mantenernos en el mismo lugar, y necesitamos correr todavía más rápido para responder a los retos de la malnutrición. Pero muchas variedades de fríjol biofortificado también se han mejorado para hacerlas tolerantes a la sequía, de modo que tengan múltiples ventajas”. Los fitomejoradores continuarán haciendo su mejor esfuerzo para asegurar un futuro sin hambre y sin desnutrición para la población africana y, en general, para todos en el planeta. Sin embargo, es necesario llevar a cabo más investigaciones en los cultivos para enfrentar los limitantes que surgen con su producción y utilización, y finalmente para abordar los retos nutricionales de la población vulnerable. Entretanto, los cultivos biofortificados han demostrado que pueden cumplir un rol crucial para afrontar estos retos del siglo 21. 1 Mulongo, G.; Maru, J.; Munyua, H.; Kasuga, R.; Olapeju, P.; Wende, M.; Rubyogo, J.C.; Gethi, J. 2018. The Building Nutritious Food Baskets Project ‘Insights from the Field’. International Potato Center (CIP), Lima, Peru. 48 p. https://hdl.handle.net/10568/98539 2 International Potato Center. 2018. Reaching Agents of Change Project: Successes, lessons and recommendations. Ex-post evaluation report. Building Nutritious Food Baskets Project. International Potato Center, Nairobi, Kenya. 58 p. ISBN 978-92-9060-494-5. 3 FARA. 2017. Building Nutritious Food Baskets Project: Regional advocacy strategy, 2017 and beyond. 4 van Jaarsveld, P.J.; Faber, M; Tanumihardjo, S.A.; Nestel, P.; Lombard, C.J.; Benadé, A.J. 2005. Beta-carotene-rich orange-fleshed sweet potato improves the vitamin A status of primary school children assessed with the modified-relative-dose-response test. Am J Clin Nutr. 81(5):1080-7. 5 Haas, J.D.; Luna, S.L.; Lung’aho, M.G.; Wenger, M.J.; Murray-Kolb, L.E.; Beebe, S.; Gahutu, J.B.; Egli, I.M. 2016. Consuming Iron Biofortified Beans Increases Iron Status in Rwandan Women after 128 Days in a Randomized Controlled Feeding Trial. J. Nutr. 146:1586-1592 doi:10.3945/jn.115.224741. 6 Murray-Kolb, L.E.; Wenger, M.J.; Scott, S.P.; Rhoten, S.E.; Lung'aho, M.G.; Haas, J.D. 2017. Consumption of Iron-Biofortified Beans Positively Affects Cognitive Performance in 18- to 27-Year-Old Rwandan Female College Students in an 18-Week Randomized Controlled Efficacy Trial. J Nutr. 147(11):2109-2117. doi: 10.3945/jn.117.255356.