Inclusión digital

Informe Anual 2020 Más rápido no siempre significa mejor: cuán necesaria es la “interrelación” a medida que la tecnología avanza

La innovación es necesaria para resolver los complejos problemas de nuestros sistemas alimentarios. El equipo de inclusión digital de la Alianza se especializa en inteligencia artificial, desarrollo de software y la Internet de la Cosas. Pero manipular los últimos artefactos tecnológicos no es lo que nos mueve. Nuestro trabajo reconfigura la forma en que las personas interactúan entre sí, con su entorno y los alimentos valiéndose de la tecnología. Este enfoque queda bien descrito por la palabra interrelación. 

¿Qué es una interrelación? Este término lo explica Keller Easterling en un libro titulado Medium Design [Diseño medio], que leí recientemente. La autora dice que no podemos superar los problemas con tecnología más rápida. En cambio, necesitamos combinaciones flexibles que nos faciliten la adaptación cuando las situaciones cambien.   

Nuestro trabajo va en la misma línea. Exploramos cómo interactúan los elementos del sistema alimentario y la forma en que la tecnología digital encaja en la ecuación.  

Por ejemplo, no necesitamos autos voladores. Podemos mejorar los sistemas de transporte con mejor infraestructura y facilitando la transferencia entre trenes, buses y bicicletas, de manera que quienes viajan puedan combinar diferentes medios de transporte. No parece tan emocionante, pero estas adaptaciones tan sencillas serán mucho más efectivas a largo plazo. 

Ciencia ciudadana para la interrelación 

La interrelación es esencial en nuestro trabajo con científicos ciudadanos y experimentación en finca. Esta investigación se ha enfocado en la forma en que fitomejoradores, agricultores y consumidores interactúan cuando se evalúan nuevas variedades. La principal innovación ha sido diseñar un proceso que reconfigura las interacciones en torno a la evaluación de nuevas semillas, lo cual ha proporcionado nuevas pistas en cuanto a las preferencias de los agricultores. 

El proceso que diseñamos fluía con más naturalidad, basándose en la forma en que los agricultores experimentan normalmente con las semillas y las formas en que los fitomejoradores trabajan con grandes conjuntos de datos. Posteriormente incorporamos medios digitales a la mezcla para simplificar el trabajo. Esto requirió mucha coordinación y el conocimiento de varias herramientas digitales, así como de la forma en que trabajan bajo condiciones difíciles.  

Esto nos condujo a establecer colaboraciones interdisciplinarias más amplias con diseñadores digitales, fitomejoradores, expertos en alimentación y colaboraciones interinstitucionales. En el año 2020, este trabajo recibió un nuevo impulso, en la medida en que ampliamos nuestro enfoque a cultivos nuevos –caupí, sorgo y mijo– y trabajamos con 23 equipos de mejoradores en África occidental y oriental para transformar la forma en que llevan a cabo sus evaluaciones en finca. 

Monitoreo de la sostenibilidad 

Nuestro trabajo en monitoreo de la sostenibilidad constituye otro ejemplo. El equipo utiliza las tecnologías más recientes de inteligencia artificial. Estas rastrean el impacto ambiental de los productos agrícolas básicos, en particular la deforestación causada, lo cual es útil para compradores de productos básicos, como café y cacao, que necesitan información precisa sobre la sostenibilidad de sus cadenas de valor y productores. Nuestro equipo utiliza imágenes de sensores remotos y aplica aprendizaje profundo, una de nuestras principales herramientas digitales. El equipo desarrolló una metodología de procesamiento de datos de vanguardia a lo interno, durante casi una década. Pero el equipo no se limita a la entrega de esta información, pues el objetivo es más ambicioso: cambiar las “interrelaciones” en los sistemas alimentarios. 

La interrelación no siempre se ve positivamente afectada por la comunicación digital, según lo expresa Easterling. El efecto de los medios digitales no se limita a hacer los problemas más transparentes y las comunicaciones más directas. La autora señala los efectos negativos y polarizadores de las redes sociales. En nuestro trabajo sobre monitoreo de la sostenibilidad, nos dimos cuenta de que el simple hecho de hacer visible un impacto negativo no va a conducir automáticamente a una acción positiva. Con frecuencia, esta información puede percibirse como una amenaza a los modelos de negocio o las formas de ganarse el sustento. 

Si nos apegamos al concepto abierto de interrelación, no solo estamos generando información para proporcionar una respuesta, sino estimulamos a que las personas se hagan nuevas preguntas. Queremos que nuestra información ayude a las empresas, inversionistas, autoridades locales y organizaciones de agricultores a entablar un diálogo y a que juntos exploren nuevas soluciones. Esto nos condujo a realizar un nuevo trabajo en 2020: desarrollar métricas que reconozcan y cuantifiquen los beneficios ambientales de las buenas prácticas; en particular, en sistemas agroforestales de café en Centroamérica. Nuestras constantes interacciones con diferentes actores nos ayudan a garantizar que los datos y las métricas sean relevantes para la toma de decisiones en la actualidad y en el futuro. 

Interrelaciones en Un CGIAR 

Nos encontramos en un momento de mucho entusiasmo ahora con el nacimiento de Un CGIAR. En el proceso de preparación para este nuevo e importante capítulo en nuestro trabajo, he visto que el “enfoque de interrelación” ha resonado entre los colegas de todo el sistema. La nueva estructura de la organización facilitará la configuración de las nuevas colaboraciones radicalmente interdisciplinarias que se requieren para centrarse en las interrelaciones. Esta idea será un aspecto esencial de nuestro trabajo en inclusión digital en el futuro.