Los 12 años de la Alianza exitosa contra el Fusarium del banano y plátano

Miguel Dita, fitopatólogo y científico senior, nos cuenta cómo ha sido el trabajo de la Alianza de Bioversity International y el CIAT en la prevención, detección y manejo de la enfermedad conocida como marchitez por Fusarium del banano (MFB), Raza 4 Tropical. Un comprometido acuerdo de voluntades, que involucra a gobiernos, empresas, centros de investigación y productores, ha permitido cerrarle el paso a este amenazante virus en América Latina y el Caribe.

La pandemia que afecta al banano en el mundo, a causa de la enfermedad conocida como marchitez por Fusarium del banano (MFB), Raza 4 Tropical, ha puesto a los mejores científicos e investigadores de la Alianza de Bioversity International y el CIAT a desplegar todas sus capacidades para hacerle frente a este patógeno que amenaza a las musáceas, en una industria que en América Latina y el Caribe genera cerca de 12 millones de empleos.

El trabajo empezó desde hace casi 12 años, tiempo durante el cual esta zona del mundo se ha preparado para afrontar la llegada del patógeno. Desde México hasta Argentina el plan de acción ha sido largo, pero satisfactorio, fortaleciendo la prevención, detección y contención del hongo, en una suerte de encuentro de voluntades que han sido articuladas a través de la Alianza, como un actor neutral.

Y es que de no controlarse adecuadamente la aparición masiva del Fusarium Raza 4 Tropical (Foc R4T), ocasionaría millonarias pérdidas a las cadenas productivas del plátano y el banano, como ya ocurrió en varios países del sur y sureste de Asia y el Medio Este.

De acuerdo con análisis realizados por científicos de la Alianza acerca del impacto global causado por el hongo Foc R4T, “se estima que la enfermedad ha destruido más de 200.000 hectáreas de bananos en el sur de Asia. Según estimaciones recientes, en los últimos años se han perdido más de 15.000 hectáreas a causa de Foc R4T en Filipinas, de las cuales unas 11.000 hectáreas pertenecían a pequeños agricultores, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de este sector. Como patógeno de cuarentena para muchos países, la llegada de Foc R4T, y la falta de soluciones para hacerle frente, puede conducir en muchos casos al cierre de fincas y, por consiguiente, al desempleo”.

Miguel Dita, fitopatólogo, científico senior de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, y quien ha sido uno de los líderes de este proceso que busca reducir el impacto continental de esta cepa, nos explica el proceso que se ha seguido a lo largo de los años para la prevención y el manejo de esta enfermedad en América Latina y el Caribe.

Este gran esfuerzo empezó desde el año 2000, pero tuvo un punto crítico en el 2009 con una reunión organizada por la Red Latinoamericana y del Caribe de Investigación para el Desarrollo de las Musáceas (MusaLAC), en la sede del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria, (OIRSA), en El Salvador. Fue allí la primera vez que se analizó este tema a profundidad y se tomó la decisión de contactar a las autoridades fitosanitarias de los países para poner a este patógeno en la lista de plagas cuarentenarias e iniciar campañas intensivas para la prevención del Foc R4T en la región.

Y ese constituye para Dita el primer logro de esta alianza: “en ese momento pusimos a conversar a entes y países que normalmente poco se hablaban, es decir, a los institutos de investigación con las Organizaciones Nacionales de Protección Fitosanitarias (ONPFs), para construir un marco legal basado en informaciones científicas que permitieran afrontar una plaga como esta, que necesita abordajes integrados desde métodos de diagnóstico moleculares hasta uso eficiente de desinfectantes para la bioseguridad en las fincas”.

“Toda esa conexión la empezamos desde Bioversity International y la red MusaLAC y fue clave la participación de organismos como el OIRSA y la FAO. En ese momento empezamos a capacitar a los países en detección, diagnóstico y manejo de la enfermedad y, además, a elaborar un plan de contingencia”.

El investigador hace énfasis en que había que tener en mente que “plátanos y bananos son importantes para más de 12 millones de personas en América Latina y el Caribe, pues significan seguridad alimentaria, empleo, divisas, comercio exterior, cultura culinaria, tradición e incluso, estabilidad social”.

El histórico plan de contingencia

Al ponerse en marcha el acuerdo de voluntades para combatir la aparición del patógeno Foc R4T, en el 2013 se lanza el plan de contingencia que fue elaborado por Bioversity International en conjunto con el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV), de Cuba, y el OIRSA y que se constituyó en el documento clave para implementar las acciones necesarias y evitar en lo posible mayores daños a la industria de las musáceas cuando llegara el hongo al continente.

“Ese plan de contingencia fue el primero escrito para las musáceas. Hoy, nos preguntan en África y Asia cómo hicimos para organizar los diferentes grupos de interés y así prevenirnos ante la aparición del hongo, y ahí está la respuesta. El plan es una guía regional, un modelo para que los países crearan sus propios planes nacionales adaptados a sus escenarios. Cada país tiene su identidad, sus marcos legales, pero hasta ese momento no había nada escrito con las directrices a seguir; además tiene muchas informaciones claves sobre esta enfermedad, es prácticamente un libro”.

Pero no fue un plan que se quedara solo en el papel, en paralelo se iba trabajando en capacitación para lograr la preparación de actores de la cadena y en este punto, la Alianza también tuvo un papel fundamental.

Se involucraron la mayoría de los países productores de musáceas de América Latina y el Caribe, se capacitaron a funcionarios de laboratorios oficiales y de centros de investigación para el diagnóstico de la enfermedad y colecta de muestras, se realizaron simulacros de cómo detectar y manejar posibles focos, entre otros detalles.

El propósito era “si llegara a aparecer el hongo en la plantación ¿cómo se diagnostica? ¿cómo se ataca? ¿cómo se protege a los vecinos? Fue un trabajo que lo empezó la Alianza y la Red MusaLAC, pero al que se fueron uniendo socios estratégicos como OIRSA, FAO y muchas ONPFs, que hoy juegan un papel fundamental en la región.

Todo esto facilitó que cuando se detectaron brotes de Foc R4T en Colombia y Perú, las ONPFs tuvieran mejor capacidad de respuesta desde el diagnóstico molecular de laboratorio hasta la contención de los focos. La Alianza estuvo presente dando apoyo en terreno en ambos países.

Buscando soluciones

Aunque la plaga llegó al continente en 2019 con la aparición de un brote en Colombia, en particular en el departamento de La Guajira y en el abril de 2021 en Sullana, Perú, el éxito ha sido lograr contener su avance y limitarlo solo a esas regiones, en parte, por el proceso previo de preparación, pero sin dudas por el nivel de compromiso e integración de los actores de esos países.

“En este momento la plaga está bajo control oficial en Colombia y Perú con distribución restringida, pero ahora más que nunca debemos estar alertas y preparados”, aclara el investigador.

Así fue como se empezaron a buscar puntos focales en cada país y soluciones a ese problema, para lo que se establecieron tres pilares fundamentales, según lo describe Miguel Dita:

1. Prevención y exclusión: bioseguridad en puertos, aeropuertos, fronteras terrestres hasta el nivel de fincas. En estas últimas, el monitoreo y la vigilancia fitosanitaria, así como el control de visitantes son fundamentales.

2. Salud del suelo: El Foc R4T es un hongo del suelo. De esa manera es clave trabajar ese ambiente para hacerlo menos favorable al hongo y más propicio a la planta. Dentro de las prácticas en fincas, algunos productores suelen usar fertilizantes que crean un ambiente más vulnerable y suelos más ácidos, para ello, la Alianza lideró el programa ‘Salud de la planta a través de la salud del suelo’, buscando alternativas como uso de materia orgánica y microorganismos benéficos, entre otros.

3. Variedades resistentes: De acuerdo con el investigador, “hay pocos programas de mejoramiento genético en el mundo, pues son muy costosos y los bananos no son fáciles de mejorar por técnicas convencionales. Sin embargo, se desarrolló una amplia colaboración con los expertos de Asia y allí se promovió una variedad de banano desarrollada por el Instituto de Investigación Bananera de Taiwán (TBRI) que, aunque no es totalmente resistente, sí tiene niveles de tolerancia mayor y cuando llega la enfermedad no deja de ser una alternativa. Sin embargo, en América Latina y el Caribe en estos momentos la mejor opción es la exclusión: que no llegue la enfermedad, resalta el investigador.

Colección mundial de musáceas

En Bélgica, la Alianza de Bioversity y el CIAT conserva más de 1.600 accesiones de banano, ya sea en crecimiento lento como plántulas in vitro, o bien, como semillas congeladas a -196 °C por medio de criopreservación. Se trata del Centro Internacional de Tránsito de Germoplasma de Musa, la mayor colección mundial de germoplasma de banano ubicado en la Universidad Católica de Lovaina, pero dirigido por la Alianza.

“En nuestro banco de germoplasma de musáceas tenemos la oportunidad de colectar, conservar y proporcionar material genético de manera gratuita para investigación, en línea con los términos del Tratado Internacional sobre Recursos Vegetales”.

Entre tanto, se han desarrollado guías para la evaluación de esas variedades y “estamos seguro de que junto a nuestros socios encontraremos variedades, no solo resistentes a este hongo, sino más nutritivas y adaptadas al cambio climático”.

Asimismo, la Alianza lidera la plataforma MusaNet, la red mundial de colaboración para la investigación relacionada con musa. Esta plataforma recoge y comparte información sobre todos los aspectos del banano, ya sea la diversidad, la conservación o las amenazas actuales. MusaNet también cuenta con la colaboración del Programa de Investigación de CGIAR en Raíces, Tubérculos y Banano (RTB), BAPNET, MusaLAC y MusAFRICA.

Aunque pudiera haber algo de “suerte” en que la Raza 4 Tropical haya demorado en llegar al continente, como lo señala el experto Miguel Dita, no hay duda de que el rol de la mayoría de los actores involucrados en el sector bananero de la región ha sido y será fundamental en la prevención, detección y contención del Foc R4T.