From the Field ¿Hay leche de quinua? Nuevos productos incentivan los esfuerzos de los agricultores por preservar los granos peruanos
En la cuna ancestral de la quinua, los agricultores están revitalizando la producción de variedades amenazadas mediante asociaciones de pequeñas empresas y el apoyo del gobierno local. Nuestros investigadores nos informan con imágenes sobre un día de campo en la región de Puno.
En una fresca mañana de primavera, unos 100 agricultores procedentes de pueblos de toda la región de Puno esperan en el pueblo montañoso de Huataquita para compartir sus experiencias con los representantes del gobierno, incluido el nuevo Ministro de Agricultura y Riego. Con bailes, compartir de alimentos y presentaciones, el día de campo destaca la "Diversidad de la quinua como alternativa de mercado nicho", mientras agricultores e investigadores exploran nuevas formas de conservar las variedades tradicionales de este extraordinario alimento.
La estrella del día es Chullpi Anaranjada, una subvariedad tradicional que, hace apenas unos años, los investigadores advirtieron que podría desaparecer por completo de los campos de los agricultores. El cambio de rumbo ocurrió en 2017, cuando la comunidad de Huataquita y la Cooperativa agrícola Copaiseg establecieron un acuerdo con una empresa emergente del sector privado, Muyu Milq (antes KaiPacha Foods): Los agricultores cultivan Chullpi Anaranjada, y Muyu Milq convierte su cosecha en leche de quinua, un producto de nicho que se torna aún más singular por el color anaranjado de la variedad y el mayor tamaño de los granos, lo cual mejora la textura. La magnitud de la producción resultante ha crecido desde entonces hasta tal punto que, con 23 hectáreas cultivadas para una producción estimada de 20 toneladas en 2021, el Ministerio de Medio Ambiente de Perú declaró que la variedad ya no está en peligro. Entre tanto, los agricultores también han estado consumiendo la variedad, con resultados positivos para la seguridad alimentaria y la nutrición.
Esta historia de éxito ilustra los principios del Proyecto de Recompensas por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad (ReSCA o PACS, por su sigla en inglés) de la Alianza. Al crear un nuevo valor para variedades olvidadas y subutilizadas, los agricultores reciben incentivos tangibles para cultivarlas y conservarlas de nuevo en sus tierras (otros casos han incluido acuerdos en los que los agricultores reciben equipos agrícolas y materiales de construcción a cambio de diversas cosechas).
En la jornada de campo (coorganizada por el Proyecto ReSCA y la Dirección Regional Agraria de Puno), el Ministro de Agricultura tuvo la oportunidad de probar en persona la leche de quinua. Por su parte, los investigadores de la Alianza Adam Drucker y Marleni Ramírez expusieron las implicaciones positivas de una aplicación más amplia del proyecto ReSCA. Drucker afirmó que, con este enfoque,
"Los agricultores pueden vender a la nación y al mundo no solo un producto agrícola, sino también un servicio de conservación".
También señaló que, con apoyo institucional, las variedades amenazadas tienen el potencial de ser incorporadas al programa nacional de alimentación escolar Qali Warma (Niño Sano), para crear una demanda más sostenible y sensibilizar a la próxima generación sobre esta agrobiodiversidad.