Alianzas de aprendizaje: un enfoque para construir innovación

Las alianzas de aprendizaje facilitan el desarrollo de conocimientos acumulados y compartidos entre organizaciones de investigación, agencias de desarrollo y donantes sobre lo que funciona, lo que no funciona y por qué, de acuerdo con contextos temporales y espaciales. Los objetivos principales son facilitar procesos más efectivos de desarrollo de empresas rurales, actividades de investigación mejor enfocadas y contribuir a mejorar los medios de vida rurales.

El enfoque de las Alianzas de Aprendizaje son los procesos de innovación relacionados con el aprendizaje colectivo de todas las organizaciones involucradas. Las alianzas facilitan el intercambio de conocimientos sobre enfoques, métodos y políticas que pueden o no ser eficaces. El principal desafío es identificar buenas prácticas relevantes, adaptarlas a las necesidades y contextos existentes, aplicarlas más ampliamente, así como documentar y compartir los resultados. Estos se pueden usar para fortalecer capacidades, generar y documentar resultados de desarrollo, identificar futuras necesidades de investigación o áreas de colaboración e informar las decisiones políticas del sector público y privado.

Clic aquí para saber más

En qué contexto es útil esta herramienta?

En un contexto donde es necesario mejorar la comprensión de cómo establecer y mantener procesos de aprendizaje de múltiples partes interesadas, ya que pueden beneficiar al mundo en desarrollo de varias maneras. Las Alianzas de Aprendizaje ayudan a desarrollar y compartir conocimientos sobre enfoques, métodos y políticas que funcionan, los que no funcionan y las razones del éxito o el fracaso. Estos también pueden estar vinculados a diferentes contextos geográficos y culturales. El conocimiento compartido de este tipo puede contribuir a mejorar los resultados de desarrollo a medida que se aprenden lecciones y se modifican las prácticas o las políticas en consecuencia.

Resultados

En el 2007, 25 agencias socias habían participado en alianzas de aprendizaje y, a través de sus redes, habían influido en otras 116 organizaciones. En total, la Alianza de Aprendizaje contribuyó a cambios positivos en las organizaciones que trabajan con 33.000 familias rurales (aproximadamente 175.000 personas) en Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.

Posteriormente, este enfoque fue adoptado con éxito por el Programa de Agricultura y Medio Ambiente de CRS (Catholic Relief Services), que desarrolló alianzas de aprendizaje en cinco regiones que involucran a unos 30 países.

En 2013, el Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID) financió un nuevo proyecto centrado en la creación de capacidad regional en América Central para: evaluar, diseñar y mejorar los modelos comerciales de manera que generen beneficios sostenidos para los pequeños agricultores; probar y adaptar los métodos y herramientas existentes para la evaluación y el diseño de modelos de negocios a las necesidades regionales de Centroamérica; y construir un conjunto común de datos empíricos, estudios de casos y lecciones aprendidas que sean relevantes para la región y que estén conectados con actores clave del desarrollo rural a través de la Alianza de Aprendizaje de América Central. Este proyecto se diseñó en torno a la metodología LINK y contó con la participación de organizaciones como CRS, Rikolto (anteriormente Veco), GIZ y Swisscontact.

A lo largo de los años, estas relaciones de aprendizaje dieron muchos frutos, y muchos de ellos se consolidaron en productos tangibles, gracias en parte a un principio fundamental de las Alianzas de Aprendizaje: la documentación de sus procesos. Por ejemplo, CRS produjo versiones mejoradas de las guías publicadas inicialmente por el CIAT. El CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza) lideró varios ciclos de aprendizaje sobre Empresas Rurales Asociativas (de los cuales se generaron cinco guías metodológicas, algunas de las cuales también se basaron en nuestras metodologías); se obtuvo financiamiento para un proyecto regional sobre gestión del conocimiento para el desarrollo de cadenas de valor sostenibles (2.0) (que resultó en una guía); y en Perú formaron su propia alianza, con su propia dinámica operativa.

¿Cuántas personas han sido beneficiadas en todos estos años por la Alianza de Aprendizaje? Francamente, no lo sabemos, y ahora es difícil obtener una cifra exacta. Una de nuestras estrategias fue trabajar con organizaciones internacionales que tuvieran impacto en cada país y en otras organizaciones locales, que a su vez tuvieran impacto en múltiples actores (logrando así un mayor alcance). Sin embargo, para tener una idea, en un solo ciclo de aprendizaje (en 2012), una sola organización (CRS) benefició a más de 7,000 familias pobres en zonas rurales de Nicaragua a través de la “Alianza para la Generación de Oportunidades de Desarrollo Rural a través de Relaciones Agroempresariales” (proyecto ACORDAR ).