From the Field Investigadores y empresarios desentierran tesoros perdidos: transformación de cultivos subutilizados en bocadillos saludables

The popping machine is fueled by readily available wood. Credit: Y.Morimoto

Los investigadores están explorando tecnologías innovadoras que podrían ofrecer aperitivos alternativos orgánicos, nutritivos y fácilmente disponibles, pero asequibles.  

En vista de la triple carga de la desnutrición que enfrentan la mayoría de países el ámbito mundial, muchas organizaciones dedicadas a la investigación, nutrición y salud han desarrollado campañas para educar a las personas en cuanto a la importancia de los hábitos alimenticios saludables. Los investigadores también se encuentran explorando tecnologías innovadoras que puedan ofrecer alternativas de bocadillos orgánicos, nutritivos, listos para consumir y económicos a la vez.

Para comprender el alza global de la desnutrición, es necesario poner atención a los factores predisponentes del sistema alimentario. Además del poder adquisitivo, lo que se tiene a disposición en el entorno (mercados y fincas) afecta directamente el poder adquisitivo y las decisiones gastronómicas de las personas, la calidad de sus dietas y, por consiguiente, su situación de salud relacionada con la dieta. Los estudios demuestran una relación entre una mayor disponibilidad de alimentos saludables y mejor calidad de la dieta, lo cual da como resultado una mejor situación de salud.

Niños de la localidad disfrutan de un bocadillo de cereal inflado (izquierda). Adición de valor a los cereales inflados para hacer bocadillos en barra, Kashata (derecha). Foto: Yasuyuki Morimoto

Introducción al "popping" a presión

La técnica de inflado por presión térmica se utiliza para transformar diferentes granos en bocadillos. (Ejemplo en este video). Se trata de una intervención que la Alianza de Bioversity International y CIAT lideró en colaboración con la Asociación Japonesa para la Colaboración Internacional en Agricultura y Silvicultura (JAICAF, sus siglas en inglés), IEDA Confectionary Limited (una empresa japonesa) y los Museos Nacionales de Kenia. El Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón (MAFF, sus siglas en inglés) brindó apoyo financiero.

La iniciativa surgió de lecciones y hallazgos de la investigación que señalaban disparidades en el ámbito local y urbano, incluida una creciente hambre y desnutrición, además de la poca conciencia y consumo de alimentos tradicionales, nutritivos y diversos.

Nuestro objetivo es reintroducir estos cultivos alimenticios tradicionales en las comunidades, demostrar los beneficios locales y promover su producción y consumo de maneras novedosas, distintas de los métodos convencionales de preparación de papillas y ugali, que pueden ser monótonos y aburridos, sobre todo para los niños y jóvenes.

El valor añadido a los cereales reventados incluye las barras de aperitivos, "Kashata". Crédito: Y.Morimoto

La mayoría de cereales, como el mijo perla y el sorgo, son resistentes a la sequía y ricos en nutrientes esenciales , como aminoácidos, fibra, hierro, magnesio y zinc. Una vez inflado con presión térmica durante 5 a 7 minutos, los cereales y leguminosas se pueden consumir de varias maneras. Entre ellas, inmediatamente como granos inflados o como bocadillos en barra, para lo cual se moldean y fortifican con otros ingredientes y sabores popularmente conocidos como kashata entre las comunidades musulmanas.

La máquina la fabricó en la localidad DK Enfineering LTD Company, con sede en Nairobi, Kenia, y a la comunidad la introdujeron grupos de autoayuda y empresarios de los condados de Kitui, Migori, Embu, Bomet y Kakamega. Esto para permitirles aprender cómo utilizarla en la producción de bocadillos saludables para consumo propio y para generación de ingresos de la venta del producto.

Máquinas infladoras a leña. Foto: Yasuyuki Morimoto

La máquina puede inflar cualquier grano, cereal y leguminosa, incluido maíz, arroz, sorgo, mijo, granos verdes, soja y frijol lablab. Utiliza un mínimo de leña como combustible y está disponible en muchas comunidades rurales de Kenia y África. También se encuentra disponible una versión avanzada de la máquina, impulsada por gas y electricidad.

Los cereales inflados se consumen en los hogares y también se venden, con lo que además de mejorar la diversidad de la dieta, se mejora la actividad económica. Los bocadillos se enriquecen con sabores naturales y disponibles en la localidad, como baobab, cúrcuma, canela, jengibre, hibisco y miel; nueces y frutos, como maní, semillas de ajonjolí y mango, entre otros. Los bocadillos se venden en barras pequeñas y asequibles de entre 10 y 20 chelines kenianos (aproximadamente 10-20 centavos de dólar) cada una.

Recepción hasta ahora

La buena acogida de la idea por parte de la comunidad es una clara indicación de que las campañas continuas de sensibilización tanto sobre la tecnología como sobre los bocadillos alternativos, con énfasis en el consumo de cereales, leguminosas y otros ingredientes locales subutilizados, pueden representar un paso hacia la reducción de la inseguridad alimentaria y el hambre. Esta alternativa de alimentos saludables, accesibles y económicos ayudará a las personas a adquirir hábitos alimenticios más saludables, especialmente en cuanto a su elección de bocadillos, además de que se diversificarán los entornos alimentarios locales.

El Sr. Elizaphan Gichangi, empresario local del condado Embu, compró la máquina en el año 2016. Dice que el emprendimiento ha fomentado el cultivo y consumo de granos que de otro modo estaban subutilizados en el área, como el sorgo y el mijo perla. El Sr. Gichangi se abastece de materia prima de Embu y condados aledaños, como Meru y Tharaka Nithi, donde se cultivan los cereales. Dice que la demanda de cereales ha despertado el interés de la población local que desea conocer más y ahora cultivan y consumen los granos.

De acuerdo con uno de sus clientes habituales, el bocadillo en barra es más fácil de empacar para que los niños lo porten y consuman en la escuela. Ella siente que son más dulces y saludables en comparación con lo que les mandaba a sus hijos anteriormente, como mandazis (panecillos) o chips de papa. El Sr. Gichangi se jacta de haber mejorado sus ingresos, los cuales siguen en aumento. Tiene la visión de expandir el negocio más allá de Embu para proveer de bocadillos a otras poblaciones de Kenia y a nivel internacional.

La intervención local proporciona ingresos y oportunidades de trabajo. Foto: Yasuyuki Morimoto

Además de cereales inflados…

Existe una máquina alternativa para la elaboración de bocadillos que es más barata que la de inflado de cereal y es portátil. Las tecnologías de parrilla de mano y de elaboración de galletas cuestan un cuarto del precio de la máquina para el inflado de granos que se presentó anteriormente. Además de ser asequibles, son máquinas sencillas de fácil mantenimiento, pues requieren poco conocimiento técnico y las opera una sola persona. Si bien la máquina infladora convierte granos en bocadillos, la de elaboración de galletas utiliza harinas tamizadas de yuca, trigo, arroz, mijo perla, maíz, amaranto, sorgo y mijo dedo, entre otros, para fabricar los bocadillos.

Galletas elaboradas utilizando 8 diferentes ingredientes. Foto: Yasuyuki Morimoto

Muchos de los desafíos que afronta la sociedad se pueden superar con el uso de estas tecnologías. Cuando los grupos de jóvenes y mujeres las adopten, crearán empleos. Los bocadillos elaborados no solo generarán ingresos, sino reducirán la inseguridad alimentaria, el desperdicio de alimentos y la desnutrición. Actualmente, el uso de las máquinas es una actividad continua en varios condados del país. El concepto se ha presentado en varias reuniones con distintos actores, en las cuales la innovación ha tenido buena recepción.

Científicos de la Alianza de Bioversity International y CIAT se encuentran trabajando directamente con empresarios privados, grupos de mujeres y jóvenes, formuladores de políticas y organizaciones de desarrollo en la creación de nuevas oportunidades para facilitar el aprovechamiento de cultivos alimenticios subutilizados y la conservación de la agrobiodiversidad local.