From the Field Para los cafetaleros latinoamericanos, el cambio climático es ahora

EL DOVIO, Colombia. A Alonso Carmona se le está acabando la montaña. Sus cafetos cubren hasta las partes más altas de esta empinada finca, pero el calentamiento climático, los malos precios y las enfermedades del cultivo amenazan con sacar del negocio a esa parte de su plantación para siempre.

Aunque otros caficultores de América Latina, que produce cerca de la mitad del café del mundo, pueden migrar hacia zonas más altas para producir café Arábica –la especie preferida por conocedores en todo el mundo– un mayor calor, la amenaza de enfermedades como la roya del café y lluvias impredecibles llevaron a Carmona a cambiarse a una variedad de café más vigorosa y resistente a enfermedades, que proviene de un cruce con un híbrido de café Robusta y Arábica. Si bien dicha variedad de café está indudablemente mejor adaptada al cambio climático y a las enfermedades –gracias a los rasgos heredados de Robusta–, su calidad de taza probablemente es inferior a la de Arábica y puede alcanzar un menor precio.

Carmona comentó a un grupo de científicos y expertos en café que recientemente visitaron su finca que espera experimentar con estos tipos de variedades resistentes a enfermedades que crecen bien junto a las plantas de banano que él intercala entre sus cafetos en una finca sumamente diversificada. “También es necesario tener algo para parar la olla”, dijo.

De México a Perú, la industria cafetalera está pasando por cambios sin precedentes y poco comprendidos que amenazan con volcar la producción de la segunda bebida más consumida en el mundo. Estos acelerados trastornos amenazan la biodiversidad tropical, los medios de sustento y las tan apreciadas mezclas especiales que se disfrutan en los mayores mercados de café.

“Estoy muy preocupada por lo que sucede en los paisajes cafetaleros de América Latina”, comentó Vivian Valencia, investigadora de la Universidad y el Centro de Investigación Wageningen de Holanda, quien visitó la finca de Carmona. “El asunto es que, a menos que comencemos a comprender cómo están cambiando estos paisajes cafetaleros y lo que dichos cambios significan para la conservación de los bosques y la biodiversidad y para los medios de sustento de los caficultores, no podremos prepararnos”.

El cultivo de café Arábica bajo sombra, por mucho tiempo considerada una actividad amigable con el medio ambiente, se traslapa con lugares de situación crítica de la biodiversidad en toda América Latina. Si los caficultores se están cambiando a cultivar variedades de Arábica con rasgos de Robusta, que producen mayores rendimientos a plena luz del sol o están migrando hacia las partes más altas de la montaña con nuevas plantaciones de Arábica, la biodiversidad se encuentra en riesgo.

Las variedades de café Arábica con rasgos de Robusta, además de preferir una vista despejada del cielo, a menudo requieren mayores cantidades de fertilizante, lo cual reduce las ganancias de los productores. El vigor de Robusta también puede estar muy sobrevalorado, según una nueva investigación efectuada por la Alianza de Bioversity International y CIAT, que demuestra que la productividad del café Robusta disminuye en la medida en que la temperatura aumenta.

“Muchos de los cambios que se proyectaban hace tan solo unos años ya están ocurriendo”, comentó Christian Bunn, uno de los autores de un revolucionario study de 2014 que predijo que el cambio climático reduciría el área global con aptitud para cultivar café en un 50 % hacia el año 2050, con consecuencias desconocidas para unos 100 millones de productores. “Es necesario establecer nuestras prioridades de investigación en el presente inmediato”.

Valencia y Bunn forman parte de un grupo de 20 expertos en producción de café latinoamericano que están definiendo un rumbo para el futuro de la investigación en café, con el fin de brindar apoyo a la adaptación en la región. Además de mejorar la comprensión de la forma en que se deben abordar el clima, las enfermedades y los cambios en el paisaje ya mencionados anteriormente, el equipo prioriza los siguientes temas y cuestionamientos:

  • Las grandes empresas cafetaleras a menudo dictan los precios y tipos de café a los productores. En partes de México, por ejemplo, esto asegura un comprador a los caficultores, pero de grano de café Robusta.
  • Las empresas de café especial están optando por relaciones comerciales directas con pequeños productores de café Arábica, lo cual puede incentivar la conservación del bosque y prácticas orgánicas de cultivo. Sin embargo, el costo de la certificación del grano puede ser prohibitiva para algunos caficultores y el uso de agroquímicos para combatir la roya de la hoja del cafeto está haciendo que muchos de los productores orgánicos pierdan sus credenciales para la certificación.
  • Las mujeres asumen un papel cada vez más importante en la producción del café, en la medida en que los hombres están dejando las plantaciones en busca de trabajo en las ciudades o en el extranjero. De momento, no se comprenden bien los impactos en la producción de café y los medios de sustento a pequeña escala de esta nueva función que desempeñan las mujeres.
  • Se desconoce en qué medida las variedades Robusta-Arábica están reemplazando a las plantas de Arábica. Algunos países han levantado las prohibiciones sobre el café Robusta, en tanto otros, como Colombia, desalientan su producción, pues temen que una mayor producción de Robusta pudiera manchar la reputación del país de producir granos de alta calidad.
  • Algunos productores están abandonando la producción de café por completo, pero no se ha medido la tendencia. Otros agricultores están reemplazando el café con cacao, un cultivo comercial rentable, u otros cultivos básicos. En algunos casos, el café se reemplaza con cultivos ilícitos.
  • A pesar de las mejoras, es necesario acortar la brecha entre los conocimientos y las necesidades de los caficultores. La agenda de investigación para el futuro se centrará cada vez más en acciones factibles que conduzcan hacia los resultados que desean los caficultores.

Estos temas, entre otros, se trataron en un taller efectuado recientemente con financiamiento del Fondo para la Investigación Interdisciplinaria y la Educación (INREF, sus siglas en inglés) de la Universidad y el Centro de Investigación Wageningen, impartido por el nodo de las Américas de la Alianza en Colombia. Participaron expertos procedentes de diversos ámbitos de nueve países latinoamericanos.

El objetivo era reunir a profesionales del consorcio que estuvieran trabajando en café desde distintas perspectivas, disciplinas y ubicaciones geográficas, dijo Mirjam Pulleman, investigadora de la Alianza, también afiliada a la Universidad Wageningen.

“Estos retos tienen muchas dimensiones diferentes y por tanto, este enfoque interdisciplinario es muy importante. Pero además de ello, también son importantes los enfoques participativos”, agregó Pulleman. “Por eso invitamos a personas que trabajan en el sector cafetalero, no solo a investigadores, sino a gente que trabaja en la implementación práctica de las mejoras para lograr sistemas cafetaleros más sostenibles directamente con los caficultores”.

Los productores de El Dovio están listos para compartir sus conocimientos. Mediante muchos años de manejo sostenible del suelo, la comunidad se ha convertido en un laboratorio viviente para llegar a comprender la forma en que los sistemas diversificados pueden traer comida a la mesa y dinero al banco. Los agricultores de El Dovio han conservado y recuperado bosques, con lo cual han mejorado la disponibilidad de agua. Utilizaron combinaciones de cultivos para ayudar a conservar y mejorar la salud del suelo, que también reduce los impactos ambientales negativos. En las escuelas, los niños aprenden sobre conservación y agricultura tanto dentro como fuera del aula.

“Mantener sistemas diversificados con policultivos ayuda a mantener y aumentar la producción”, comentó Victoria Giraldo, miembro de la comunidad que de niña ayudó a reforestar un área que ahora cuenta con un arroyo que la cruza. “Esto nos permite tener mayor resiliencia ante todos los problemas climáticos que estamos enfrentando ahora”.

Grupo de investigadores de la Alianza de Bioversity International y CIAT y de la Universidad y el Centro de Investigación Wageningen y agricultores en una plantación de café, durante su visita a El Dovio, Colombia.